31/07/2016, 21:14
Todos en el lugar habían vuelto a sus asientos como si nada hubiese pasado, el murmullo de conversaciones volvía a entremezclarse con el sonido de la lluvia golpeando el tejado del porche. Algunos comentaban la pelea, otros simplemente volvían a sus temas de conversación.
—Gracias por la ayuda... pero te equivocas en eso último. No voy a dejar que ese idiota le vuelva a poner un dedo encima al niño, aunque para ello tenga que partirle todos y cada uno de los dedos. Voy a buscar a ese niño.
La chica parecía ser tan decidida como directa, no se andaba con rodeos de ningún tipo.
"¿Buscar al niño?... Ni siquiera le conoce... y aún así, está dispuesta a buscarlo. No debe de tener ni siquiera una referencia de donde podría estar, pero eso no parece preocuparla"
—No me gustan los abusones...—
"Interesante..." el aspecto de chica dura de aquella peliblanca no tenía nada que ver con el calor de su corazón "Sus motivos debe de tener, aún así es impresionante que esté dispuesta a luchar por un extraño" Mitsuki observó como la chica descendía lentamente los escalones y se internaba en la lluvia de nuevo, a la vez que se llevaba un cigarrillo a los labios "Sé que no debería, pero ya me he metido en problemas... lo mejor será dejarlos solucionados por mi cuenta antes de que Sasaki vuelva..." la de Kusabi necesitaba justificarse ante sí misma por la estupidez que estaba apunto de cometer
—¡Eh! ¡Niñatas!— una voz se elevó sobre el resto, justo a la espalda de la de Uzushio que se dió la vuelta casi como si tubiera un resorte en la espalda. La Hyuga lo reconoció al instante, era viejo camarero que le había servido el té tras la barra —¡Queitas ahí un momento!— ordenó mientras se atusaba la larga barba y descuidada, de color cana —Me ha encantando ver como le dabaís una páliza a esos dos, pero debo advertiros que será mejor que dejeís al crío y os marcheís a toda ostia—
—...— la kunoichi Hyuga guardó silencio mientras sus ojos se encontraban con los del camarero
—Ese de ahí no era más que un gilipollas, pero tiene buenos socios. Entiendo el motivo... pero sed inteligentes, no sabeís con quién os habeís metido— les lanzó la advertencia con seriedad, con voz lo suficientemente fuerte como para que la otra chica lo oyése —Teneís suerte de que los pocos que hay aquí son legales, conocidos míos. Así que no os delataran... pero no todos serán tan nobles en esta ciudad — miró a ambas con preocupación —El clan Inagawa no es el más peligroso del lugar, pero tienen dinero y vosotras solo sois dos. Hacedme caso y marchaos, ese chico hace tiempo que no tiene salvación—
"Eso significa que... ¿conoce al niño?" fue lo primero que pensó antes de entrar a valorar el panorama que se les presentaba justo frente a sus narices
—Gracias por la ayuda... pero te equivocas en eso último. No voy a dejar que ese idiota le vuelva a poner un dedo encima al niño, aunque para ello tenga que partirle todos y cada uno de los dedos. Voy a buscar a ese niño.
La chica parecía ser tan decidida como directa, no se andaba con rodeos de ningún tipo.
"¿Buscar al niño?... Ni siquiera le conoce... y aún así, está dispuesta a buscarlo. No debe de tener ni siquiera una referencia de donde podría estar, pero eso no parece preocuparla"
—No me gustan los abusones...—
"Interesante..." el aspecto de chica dura de aquella peliblanca no tenía nada que ver con el calor de su corazón "Sus motivos debe de tener, aún así es impresionante que esté dispuesta a luchar por un extraño" Mitsuki observó como la chica descendía lentamente los escalones y se internaba en la lluvia de nuevo, a la vez que se llevaba un cigarrillo a los labios "Sé que no debería, pero ya me he metido en problemas... lo mejor será dejarlos solucionados por mi cuenta antes de que Sasaki vuelva..." la de Kusabi necesitaba justificarse ante sí misma por la estupidez que estaba apunto de cometer
—¡Eh! ¡Niñatas!— una voz se elevó sobre el resto, justo a la espalda de la de Uzushio que se dió la vuelta casi como si tubiera un resorte en la espalda. La Hyuga lo reconoció al instante, era viejo camarero que le había servido el té tras la barra —¡Queitas ahí un momento!— ordenó mientras se atusaba la larga barba y descuidada, de color cana —Me ha encantando ver como le dabaís una páliza a esos dos, pero debo advertiros que será mejor que dejeís al crío y os marcheís a toda ostia—
—...— la kunoichi Hyuga guardó silencio mientras sus ojos se encontraban con los del camarero
—Ese de ahí no era más que un gilipollas, pero tiene buenos socios. Entiendo el motivo... pero sed inteligentes, no sabeís con quién os habeís metido— les lanzó la advertencia con seriedad, con voz lo suficientemente fuerte como para que la otra chica lo oyése —Teneís suerte de que los pocos que hay aquí son legales, conocidos míos. Así que no os delataran... pero no todos serán tan nobles en esta ciudad — miró a ambas con preocupación —El clan Inagawa no es el más peligroso del lugar, pero tienen dinero y vosotras solo sois dos. Hacedme caso y marchaos, ese chico hace tiempo que no tiene salvación—
"Eso significa que... ¿conoce al niño?" fue lo primero que pensó antes de entrar a valorar el panorama que se les presentaba justo frente a sus narices