22/05/2015, 13:39
Habia salido hacia el Jardin de los Cerezos... Bah, no sé ni para que me molesto. Acabó en el lado más apartado de la Costa del Remolino. Lejos de muelles, barcos y personas. Lo bueno de tener una orientación increiblemente deficiente en todos los sentidos habidos y por haber, es que cada dia podias acabar haciendo algo que no hubieras esperado. Y ese, era uno de esos dias.
El calor que hacia era inhumano. Y habia una playa ante él.
Que coño. AL AGUA PATOS
Se quitó los tirantes amarillos que llevaba, los pantalones, las sandalias, lo dejó todo suficientemente lejos del mar y clavó su bastón mágico al lado. Hasta él, con toda su cieguitud era capaz de ver un palo marrón en una playa de arena increiblemente blanquecina.
Nadaba de un lado a otro, para arriba y para abajo, de vez en cuando, una ola asalvajada le intentaba volcar, pero él como la roca que es, no se deja llevar por esos pequeños amasijos de agua con apenas fuerza para volcar una tortuga. Además, como trampa pasiva del mar, te intenta atraer hacia él y de paso, te va moviendo sistematicamiente hacia un lado. A pesar de la carencia de toda atención del shinobi, ya sabia de otras veces que el oceano es el más peligroso de los estanques. En cuanto se vio apartado varios metros de sus pertenencias salió del agua.
Se dirigió a donde habia dejado empaladas sus pertenencias y se tumbó al lado bocarriba.
El tiempo pasaba con el vaiven de las olas, con el suave y constante movimiento de las nubes, con el sol alzandose hasta el punto más alto del cielo. La brisa marina se conformaba con ser un soplido lento y reconfortante. Con cada respiración hasta Nabi se daba cuenta del olor que predominaba en el aire. Ni un ruido le molestaba, realmente estaba lejos de la playa principal, pero ese silencio... parecia esperar ser roto.
El calor que hacia era inhumano. Y habia una playa ante él.
Que coño. AL AGUA PATOS
Se quitó los tirantes amarillos que llevaba, los pantalones, las sandalias, lo dejó todo suficientemente lejos del mar y clavó su bastón mágico al lado. Hasta él, con toda su cieguitud era capaz de ver un palo marrón en una playa de arena increiblemente blanquecina.
Nadaba de un lado a otro, para arriba y para abajo, de vez en cuando, una ola asalvajada le intentaba volcar, pero él como la roca que es, no se deja llevar por esos pequeños amasijos de agua con apenas fuerza para volcar una tortuga. Además, como trampa pasiva del mar, te intenta atraer hacia él y de paso, te va moviendo sistematicamiente hacia un lado. A pesar de la carencia de toda atención del shinobi, ya sabia de otras veces que el oceano es el más peligroso de los estanques. En cuanto se vio apartado varios metros de sus pertenencias salió del agua.
Se dirigió a donde habia dejado empaladas sus pertenencias y se tumbó al lado bocarriba.
El tiempo pasaba con el vaiven de las olas, con el suave y constante movimiento de las nubes, con el sol alzandose hasta el punto más alto del cielo. La brisa marina se conformaba con ser un soplido lento y reconfortante. Con cada respiración hasta Nabi se daba cuenta del olor que predominaba en el aire. Ni un ruido le molestaba, realmente estaba lejos de la playa principal, pero ese silencio... parecia esperar ser roto.
—Nabi—