Otoño-Invierno de 221
Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Nivel
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20 |
Exp
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25 puntos |
Dinero
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3000 ryō |
Ficha de personaje
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Inuzuka Nabi Datos básicos
· Fecha de nacimiento: Verano, Ascua 203 (15 años) · Residencia: Uzushiogakure · Sexo: Masculino · Facultad personal: Inuzuka · Naturalezas del chakra: Doton Fuuton Descripciones
· Física: · Psicológica: Atributos
· Nivel: 20 • Fuerza: 50 • Resistencia: 50 • Aguante: 50 • Agilidad: 50 • Destreza: 50 • Poder: 40 • Inteligencia: 40 • Carisma: 10 • Voluntad: 70 • Percepción: 60 • PV: 260 • CK: 210 Facultades
• Facultad personal (Inuzuka): 60
Inventario
- Hitai-ate [Cuello]- Portaobjetos basico (5/10) [En el lado izquierdo del abdomen]
Méritos y defectos
Extras
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Historia
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Me había graduado, sobrado, cabe decir, porque soy el más mejor de los más mejores. Íbamos Stuffy y yo a salir de casa con gafas de sol para quedar aún más mejor, con la bandana al cuello como quien lleva un collar con más oro del que baña mi hermosa villa. Cuando entonces una voz sonó a mi espalda, justo cuando cruzábamos el jardín de nuestra propia casa. — ¡Nabi! Vente acá paca'. — Papá, que me acabo de graduar y voy a por mi primera misión. ¿Qué pasa? — le dije mientras me acercaba a él, que estaba tumbado en la tumbona que teníamos al lado de la mesa de jardín. A su lado se encontraba un gigantesco perro amarillo como un rayo. Él, por su parte, tenía el pelo castaño y unos colmillos carmesí pintados en las mejillas. — ¿Qué misión ni que niño muerto? Si te llevo diciendo durante semanas que cuando te gradues te vas de viaje con tu perro a conocer mundo, ¿me escuchas cuando hablo? Me senté de mala gana al mismo tiempo que el también se incorporaba. De paso, me quité las gafas de sol que eran más incomodas de llevar que unos calzoncillos de lija. Con la vista de halcón que tengo, ponerme un filtro tan malo me deja medio bizco, supongo que por eso las águilas no llevan gafas de sol, aunque les quedarían de puta madre. — Muy de vez en cuando. ¿De verdad tengo que irme al monte perdido de la mano de dios a "conocerme a mí mismo" y a "encontrarme con la naturaleza"? — hice con mis manos las comillas para que quedase claro que eran chorradas hippies. — Mira, llevamos siglos en paz, miles de trienios, así que no te va a pasar nada. Eres un soldado, entrenado para matar, así que podrás cazar osos si te apetece. Ni siquiera sé porque te tengo que convencer yo, si a mi me da igual, pero tu madre y tu abuelo llevan la tradición en sus venas. Así que lias el petate y hasta el otoño no quiero saber nada de ti. Pero antes, siéntate que te voy a contar una historia. Levanté una ceja y le miré. — Si ya estoy sentado. — Te voy a contar la historia de cómo conocí a tu madre. Me dejé caer por la silla, resbalándome hasta casi caerme al suelo. — ¿¿¿¿¿Dddddeeeeeeeeeeeeee vvvvvvveeeeeeerdddddaaaaaaaadddddd?????? ¿Otra vez? — A ver, anormal, que te calles y escuches, que si te la cuento será porque hay un consejo de vida importante detrás. Suspiré y volví a sentarme bien quedándome claro que ya podía dejar de lado todos mis planes y dejarme llevar por el río que iba a ser mi vida mientras viviese con estos opresores. — Yo también fui como tú, alocado, asalvajado, libre, pensando que nada nunca me detendría, que haría lo que quisiese cuando quisiese porque tenía toda la libertad del mundo. Creía que viviría alocadas aventuras con el carcamal que está aquí roncando, que seríamos dos hermanos contra el mundo. Y así me fui a este estúpido viaje que es ritual hacer para estrechar lazos con tu perro y con la naturaleza. Salí en primavera, estuve en montañas y bosques, ya que estaba vigilaba los caminos y cualquier cosa rara que viese me aseguraba que no llegara a nada serio. » Y en verano, en Minori, la vi. Una kunoichi con el pelo carmesí, se plantó delante mio, oliendo yo a perro mojado de hace varias semanas, y me dio las gracias. Por cosas del destino, ayudé a una anciana a encontrar un colgante que se le había caído y no estaba segura de a que altura del camino había sido. Por suerte, el olor a vieja era bastante fuerte así que tardamos nada y menos en encontrarlo. Bueno, esa anciana era tu abuela. » Cuando la vi, se me cayeron los huevos al suelo, metafóricamente, y cuando bajó la cabeza y su melena cayó dándome de lleno con su olor... Aspiró profundamente y dejó ir el aire lentamente. — Se ofreció a darme un sitio donde vivir pensando que era un niño salvaje o algo, le conté todo. Hablamos y hablamos, reímos y reímos, y aquí estoy ahora. En la casa familiar, dándole una charla a un crío para que entienda la verdadera intención del viaje. Tu madre quiere nietos ya. Y se me cayeron los huevos al suelo, literalmente porque estaba haciendo el idiota en la silla y me resbalé de la misma. En menos de un milisegundo ya estaba de pie. — Ni de coña, buscaos otro hijo que quiera daros nietos, ay dios, niños, con sus sin sentidos, y sus buaaaaaaaa y beeeeeee. Qué dices hombre. — Entiéndelo, tus hermanos a saber cuando se enamoran, tú lo vas a hacer en breves, así que lo tienes más a huevo. Siéntate, que te voy a contar la historia de como tu abuelo conoció a tu abuela. No hacía falta ser un visionario ni un filosofo para saber qué me iba a colar ahora. — Me voy a hacer el petate que llego tarde a mi viaje. Venga, Stuffy espabila que tenemos que hacer un viaje para conectar con la naturaleza. • • • Una vez en la habitación empecé a pensar en qué meter en el petate. ¿Ropa? Ni de coña. ¿Un par de katanas? Nah, eso era para débiles. Entonces, comida. Y como invocada por mi pensamiento una chica pelirroja se plantó en la puerta con una fiambrera con bolas de arroz. — Pero solo para el primer día, eh. — Ya, gracias, cómplice de traición. Se apoyó en el marco de la puerta y suspiró. — No seas así, ya sabes que tu abuelo está como loco contigo. Para un nieto que sigue su linaje, ¿cómo le digo que no a sus tradiciones? Además no vas solo. Se agachó y le faltó tiempo al perro para ir a venderse al enemigo. — ¡Pero míralo! Si me traiciona antes de salir siquiera. Si me encontráis tirado en algún lado con un kunai clavado a la espalda ha sido él seguro. Pero se me ignoró brutalmente mientras la pelirroja acariciaba y jugaba con el can. — ¿Quien es un perrito bueno? ¡Tú! Sí, tú. — Lo que uno tiene que aguantar. Salí de la habitación con un palo con un bulto atado en un extremo con un pañuelo grande, tras lo cual la mujer le hizo señas al can para que me siguiera y éste lo hizo, ladrando mientras me alcanzaba. — Que no, que tú solo ves la mitad buena, yo veo la imagen al completo. ¿Lo pillas? Porque eres tuerto. Me reí de él como había hecho tantas veces y él ladró cosas feas, claramente molesto. — Encima que me traicionas ahora vienes con exigencias, no te jode. Venga, sube, que no quiero ir andando hasta la puerta de la villa. Le dije una vez fuera, abriéndole el bolsillo que tenía la camiseta en la parte delantera, se metió de un salto tras lo cual me dediqué a saltar de edificio en edificio en dirección a la puerta de la villa repasando mentalmente mi vida para ver cual fue mi error. Mi hermano más mayor que tiene ya la tira de años era alérgico a los perros, así que adoptó el apellido de mi madre y ahora es profesor en la academia, mi hermano menos mayor despertó un interés enfermizo por el fuuinjutsu por lo que también adoptó el apellido de mi madre y se dedica al estudio de sellos de alto nivel y alto secreto también. El fuuinjutsu y yo tenemos la misma relación que las tres villas, nos toleramos pero no nos metemos en el terreno del otro. Y desde pequeño me gustó más el rollo de mi padre que el de mi madre, además de que yo no era pelirrojo chillón como ella. Mi abuelo me llevó a elegir el can más emocionado que yo, que era un niño. Al llegar estaban todos los cachorros acumulados en una esquina de la caja jugando entre ellos y dando por culo, y había uno tumbado en otra esquina que me miraba fijamente con un ojo y una cicatriz donde debería estar el otro, no es un error, también me miraba con la cicatriz. Lo señalé de inmediato. Mi abuelo hizo lo imposible por hacerme cambiar de opinión, ¿cómo iba a permitir que su único nieto Inuzuka fuera con un perro tuerto? No voy a decir que soy un héroe, que lo soy, ni que le salvé la vida a un pobre perro que hubiese acabado siendo tirado a una trituradora de perros, que lo hice. No lo diré porque soy humilde. Dejé atrás los portones de la villa y saqué Stuffy para ir andando, que tampoco había prisa por llegar a ninguna parte. Así empezamos nuestro viaje para entrar en contacto con la naturaleza y afianzar nuestros lazos. |
Técnicas del sistema
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Nº total de técnicas: 36/40 Habilidades: ¤ Olfato súper-desarrollado Técnicas: ¤ Dainamikku Mākingu ¤ Gijū Ninpō: Shikyaku no Jutsu ¤ Gijū Ninpō: Jūjin Bunshin ¤ Jūjin Taijutsu Ōgi: Tsūga ¤ Jūjin Taijutsu Ōgi: Tenga Técnicas: ¤ Doton: Retsudo Tenshō ¤ Doton: Doryūkatsu ¤ Doton: Doryūheki ¤ Doton: Moguragakure no Jutsu ¤ Doton: Iwa Bunshin no Jutsu ¤ Doton: Chidōkaku ¤ Doton: Gōremu no Jutsu ¤ Doton: Doryō Dango ¤ Doton: Shinjū Zanshu no Jutsu ¤ Doton: Yomi Numa ¤ Doton: Keijūgan no Jutsu ¤ Fūton: Daitoppa ¤ Fūton: Sunabokori ¤ Fūton: Soyokaze no Jutsu ¤ Fūton: Reppūshō ¤ Fūton: Renkūdan Habilidades: ¤ Escalada Vertical ¤ Andar sobre el Agua Técnicas: ¤ Bunshin no Jutsu ¤ Henge no Jutsu ¤ Kawarimi no Jutsu ¤ Sunshin no Jutsu ¤ Gentōshin no Jutsu ¤ Kage Bunshin no Jutsu ¤ Meisaigakure no Jutsu ¤ Sennō Sōsa no Jutsu Habilidades: ¤ Shinobi Kumite Técnicas: ¤ Sennen Goroshi ¤ Dynamic Entry Habilidades: ¤ Shinobi Buki Kumite Técnicas: ¤ Kage Shuriken no Jutsu |
Evolutivas
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Primera evolutiva (1-5) [Negada]
Segunda evolutiva (6-10)
Tercera evolutiva (6-10)
Cuarta evolutiva (11-15)
Quinta evolutiva (16-20)
Sexta evolutiva (16-20)
Séptima evolutiva (21-25)
Octava evolutiva (26-30)
Novena evolutiva (26-30)
Décima evolutiva (31-35)
Undécima evolutiva (36-40)
Duodécima evolutiva (36-40)
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Técnicas alteradas
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Primer alterador (1-5)
Segundo alterador (6-10)
Tercer alterador (11-15)
Cuarto alterador (16-20)
Quinto alterador (21-25)
Sexto alterador (26-30)
Séptimo alterador (31-35)
Octavo alterador (36-40)
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Espacio personal
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Tramas masterizadas
Examen Primera Prueba Segundas pruebas Hanabi Hombre de ciencia, hombre de fe El peligro acechante La caza de la bestia |
Reacciones |
Reacciones más recibidas |
3
2
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Reacciones más dadas |
1
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