16/08/2016, 17:39
La de Amegakure se detuvo con su llamada, justo a la mitad del callejón donde se había internado. La lluvia seguía arreciando con intensidad pero a esa chica parecía no molestarle, todo lo contrario que ha la Hyuga que a pesar de llevar su chubasquero no podía evitar que se mojasen tanto sus pies como las pantorillas. Era un sensación un tanto incómoda no poder sentirse seca y lo era aún menos cuando corría alguna ráfaga de viento, lo que aumentaba la sensación de frío.
Mitsuki dejó de correr en cuanto vió que su futura compañera se daba la vuelta, para acercarse caminando hasta la posición donde la aguardaban. No pudo evitar observar con cierto recelo a su alrededor, la zona donde se acababan de internar no parecía destacar precisamente por ser muy acogedora. La mayoría de las viviendas que les rodeaban apenas pasaban el umbral de chavola. Láminas de contrachapado y madera eran sus principales materiales, aunque había alguna que otra que los mezclaba con una base de piedra.
"Parece que ese pobre niño no es el único que tiene problemas por aquí..." no pudo evitar pensar en toda la gente que debía de vivir allí contra su vountad por diferentes razones "Nadie debería de vivir así..." adentrarse en una arrabal tan decadente además de peligroso, resultaba desalentador. Lo que se suponía era la calle principal ni siquiera estaba trabajada, no era más que un enorme barrizal por donde apenas se podía caminar "El mundo puede ser tan diferente en tan sólo unos pasos más..." elevó la mirada hasta la ciudad principal, la peliblanca había paseado por ella el día anterior y no tenía nada que ver con aquel lugar, era cierto que también se respiraba un cierto aire a inseguridad pero no de la manera que lo hacia aquel lugar.
No tardó demasiado en detenerse frente a la chica que la aguardaba. Mitsuki pudo ver en la mirada de rojiza de aquella chica, su determinación por encontrar al niño.
"Si que va en serio..."
—Mmm... ok. Tampoco te gusta la idea de dejarlo a su suerte... ¿verdad?—
—Si le dejase en manos de ese hombre... no podría perdonarmelo en lo que me queda de vida— confesó la peliblanca ahora que se sentía en cierta forma liberada del compromiso con Sasaki
—Mi nombre es Sarutobi Katomi. Encantada de conocerte— la chica alzó la mano en forma de saludo
—Hyuga Mitsuki— hizo una leve reverencia con la cabeza a modo de saludo, bajo la capucha de aquel chubasquero —Igualmente— devolvió el formalismo antes de entrar directamente al asunto —¿Tienes alguna idea de por donde podríamos empezar a buscar?— la peliblanca oteo un poco tras la chica que tenía justo frente a ella —Este lugar parece ser mucho más amplio de lo que había imaginado—
Mitsuki dejó de correr en cuanto vió que su futura compañera se daba la vuelta, para acercarse caminando hasta la posición donde la aguardaban. No pudo evitar observar con cierto recelo a su alrededor, la zona donde se acababan de internar no parecía destacar precisamente por ser muy acogedora. La mayoría de las viviendas que les rodeaban apenas pasaban el umbral de chavola. Láminas de contrachapado y madera eran sus principales materiales, aunque había alguna que otra que los mezclaba con una base de piedra.
"Parece que ese pobre niño no es el único que tiene problemas por aquí..." no pudo evitar pensar en toda la gente que debía de vivir allí contra su vountad por diferentes razones "Nadie debería de vivir así..." adentrarse en una arrabal tan decadente además de peligroso, resultaba desalentador. Lo que se suponía era la calle principal ni siquiera estaba trabajada, no era más que un enorme barrizal por donde apenas se podía caminar "El mundo puede ser tan diferente en tan sólo unos pasos más..." elevó la mirada hasta la ciudad principal, la peliblanca había paseado por ella el día anterior y no tenía nada que ver con aquel lugar, era cierto que también se respiraba un cierto aire a inseguridad pero no de la manera que lo hacia aquel lugar.
No tardó demasiado en detenerse frente a la chica que la aguardaba. Mitsuki pudo ver en la mirada de rojiza de aquella chica, su determinación por encontrar al niño.
"Si que va en serio..."
—Mmm... ok. Tampoco te gusta la idea de dejarlo a su suerte... ¿verdad?—
—Si le dejase en manos de ese hombre... no podría perdonarmelo en lo que me queda de vida— confesó la peliblanca ahora que se sentía en cierta forma liberada del compromiso con Sasaki
—Mi nombre es Sarutobi Katomi. Encantada de conocerte— la chica alzó la mano en forma de saludo
—Hyuga Mitsuki— hizo una leve reverencia con la cabeza a modo de saludo, bajo la capucha de aquel chubasquero —Igualmente— devolvió el formalismo antes de entrar directamente al asunto —¿Tienes alguna idea de por donde podríamos empezar a buscar?— la peliblanca oteo un poco tras la chica que tenía justo frente a ella —Este lugar parece ser mucho más amplio de lo que había imaginado—