17/08/2016, 09:59
Poco a poco la adrenalina del momento se fue disipando. Los músculos de Kondor se fueron relajando lentamente cuando aquella chica de cabellos negros le respondió.
- No... no me ocultaba. Tan sólo necesitaba preguntarte algo... -dijo con una sonrisa que al muchacho le pareció encantadora. Por suerte o por desgracia el salvaje aun no había aprendido a discernir el lenguaje corporal para revelar una mentira. Sabía interpretar aquella sonrisa nerviosa, pero lo atribuía a aquella situación tan tensa.
De repente, todo ese estrés en la cara de la kunoichi se disipó al reconocer la bandana en el cuello de Kondor.
- ¡Vaya! ¿Eres un shinobi de Uzushiogakure? ¡Conozco a algunas personas de allí!
Estupendo, el primer problema. Kondor no conocía a demasiada gente en la aldea. Al menos no había intimado lo suficiente como para tener un amigo como dios manda. El salvaje agachó levemente la cabeza sin dejar de mirar a aquella extranjera y se irguió cuan alto era, desechando aquella pose de alerta de hace un momento. Sus huesos que a punto habían estado de mostrarse por la tensión se volvieron a retraer en un movimiento imperceptible.
- Yo poko en villa. Ser... -frunció el ceño y miró al suelo para concentrarse mejor. Aquella palabra era difícil- Eksss... esss, exxxtranjjjjero.
El muchacho miró a los ojos a su interlocutora, esperando alguna burla por su forma de hablar o al menos aquella expresión de ternura y/o lástima que provocaba en la gente al enseñarles sus habilidades con el lenguaje.
- Yo Konnnndoriano -optó por presentarse como solía hacer, acompañando aquella frase con un par de golpes leves en su pecho con el puño cerrado. Acto seguido extendió el puño hacia ella como señalándola. Esperando una respuesta.
- No... no me ocultaba. Tan sólo necesitaba preguntarte algo... -dijo con una sonrisa que al muchacho le pareció encantadora. Por suerte o por desgracia el salvaje aun no había aprendido a discernir el lenguaje corporal para revelar una mentira. Sabía interpretar aquella sonrisa nerviosa, pero lo atribuía a aquella situación tan tensa.
De repente, todo ese estrés en la cara de la kunoichi se disipó al reconocer la bandana en el cuello de Kondor.
- ¡Vaya! ¿Eres un shinobi de Uzushiogakure? ¡Conozco a algunas personas de allí!
Estupendo, el primer problema. Kondor no conocía a demasiada gente en la aldea. Al menos no había intimado lo suficiente como para tener un amigo como dios manda. El salvaje agachó levemente la cabeza sin dejar de mirar a aquella extranjera y se irguió cuan alto era, desechando aquella pose de alerta de hace un momento. Sus huesos que a punto habían estado de mostrarse por la tensión se volvieron a retraer en un movimiento imperceptible.
- Yo poko en villa. Ser... -frunció el ceño y miró al suelo para concentrarse mejor. Aquella palabra era difícil- Eksss... esss, exxxtranjjjjero.
El muchacho miró a los ojos a su interlocutora, esperando alguna burla por su forma de hablar o al menos aquella expresión de ternura y/o lástima que provocaba en la gente al enseñarles sus habilidades con el lenguaje.
- Yo Konnnndoriano -optó por presentarse como solía hacer, acompañando aquella frase con un par de golpes leves en su pecho con el puño cerrado. Acto seguido extendió el puño hacia ella como señalándola. Esperando una respuesta.