17/08/2016, 16:26
Si era por ella seguiría su camino directa a lo que necesitaba en ese momento, pero algo la hizo frenarse en seco y mirar extrañada a la nada misma. Aunque para ella en ese lugar particular se encontraba su propia madre, mirándola con una sonrisita afable típica de cualquier madre tranquila frente a su hija.
—Estás algo ronca… —Fue lo único que comentó la kunoichi que miraba extrañada a la nada.
~¿Será por la lluvia…? ~Un pensamiento bastante lógico viniendo de aquella pelirroja, si es que no teníamos en cuenta que iba en referencia a un ente que ni siquiera existía. Pero de todas maneras, hubo un segundo comentario por parte de aquella extraña voz y esta vez había llegado a ver que su madre no movió en ningún momento la boca por lo que era factible suponer que no había sido ella quien le habló en un primer lugar.
—No, no fui yo. —Comentó alegre justo después de que Ritsuko sacase conclusiones.
Lo más lógico que podía llegar a hacer era regresarse puesto que le habían mencionado a alguien a quien se había chocado previamente. ~Mi cartera… ~Se quedó pensando la pelirroja. Antes de devolverse comenzó a revisarse a sí misma comenzando por sus caderas donde… No tenía bolsillos, la gabardina que tampoco tenía bolsillos, el trasero en busca de bolsillos traseros típicos en pantalones que… Tampoco existían en esa falda pero si había algo por esas alturas y era el portaobjetos, ¡seguro estaría allí dentro! Pero no, la cartera se había esfumado.
—Tengo que revisar esta cosa… —Murmuró para sí misma la kunoichi mientras se daba media vuelta para regresarse. Claro, se refería a su portaobjetos.
—O conseguirte ropa con bolsillos. —Respondió algo burlona su madre.
Que también era una opción que venía analizando hace mucho pero que de momento mantendría al margen. Lo importante ahora era recuperar la cartera que supuestamente el chico con la mochila tendría. Ese mismo que había tumbado momentos atrás por anda distraída y que ahora tenía justo delante suyo aunque ella al menos no le miraba tan bien como debería.
—¿Fuiste tú el que me habló? —Soltó con un tono algo tajante y con una mueca de desaprobación en el rostro.
Claro, sospechaba que ese chico le había robado la cartera aunque no tenía mucho sentido que le dijera nada para devolverla. O puede que la miseria de dinero que había en la misma le habría dado pena al ladrón y por ello quisiera devolverla…
—Estás algo ronca… —Fue lo único que comentó la kunoichi que miraba extrañada a la nada.
~¿Será por la lluvia…? ~Un pensamiento bastante lógico viniendo de aquella pelirroja, si es que no teníamos en cuenta que iba en referencia a un ente que ni siquiera existía. Pero de todas maneras, hubo un segundo comentario por parte de aquella extraña voz y esta vez había llegado a ver que su madre no movió en ningún momento la boca por lo que era factible suponer que no había sido ella quien le habló en un primer lugar.
—No, no fui yo. —Comentó alegre justo después de que Ritsuko sacase conclusiones.
Lo más lógico que podía llegar a hacer era regresarse puesto que le habían mencionado a alguien a quien se había chocado previamente. ~Mi cartera… ~Se quedó pensando la pelirroja. Antes de devolverse comenzó a revisarse a sí misma comenzando por sus caderas donde… No tenía bolsillos, la gabardina que tampoco tenía bolsillos, el trasero en busca de bolsillos traseros típicos en pantalones que… Tampoco existían en esa falda pero si había algo por esas alturas y era el portaobjetos, ¡seguro estaría allí dentro! Pero no, la cartera se había esfumado.
—Tengo que revisar esta cosa… —Murmuró para sí misma la kunoichi mientras se daba media vuelta para regresarse. Claro, se refería a su portaobjetos.
—O conseguirte ropa con bolsillos. —Respondió algo burlona su madre.
Que también era una opción que venía analizando hace mucho pero que de momento mantendría al margen. Lo importante ahora era recuperar la cartera que supuestamente el chico con la mochila tendría. Ese mismo que había tumbado momentos atrás por anda distraída y que ahora tenía justo delante suyo aunque ella al menos no le miraba tan bien como debería.
—¿Fuiste tú el que me habló? —Soltó con un tono algo tajante y con una mueca de desaprobación en el rostro.
Claro, sospechaba que ese chico le había robado la cartera aunque no tenía mucho sentido que le dijera nada para devolverla. O puede que la miseria de dinero que había en la misma le habría dado pena al ladrón y por ello quisiera devolverla…