23/08/2016, 00:27
~El día que me dé la razón lloraré.~Pensó por un instante al recibir aquella negativa ante su comentario sobre el paradero del ladrón, para colmo eso implicaba entrar en el prostíbulo lo cual aumentaba considerablemente sus sospechas y con ellas el rubor de su rostro se hacía presente.
—Ya te dije que no soy furcia… —Fue lo primero que atinó a responder la pelirroja aunque luego recordó el detalle de que ella aun es menor de edad, a saber el moreno.
Lo importante era que ella por lo menos no sería aceptada fácilmente allí dentro por su físico que delataba que se trataba de una menor de edad, aunque quien sabe, capaz hacen excepciones. Igual el albino seguramente traería dinero, su vestimenta al menos así lo indicaba ya que se veía algo costosa.
—Te acompañaré pero hasta ahí no más, como te vea hacer algo raro me iré, ¿entendido…? —Afirmó la kunoichi mientras hacía los sellos para hacer el mísero bunshin, uno que se quedaría ‘apoyado’ en el poste en el que ella misma había estado previamente.
Obviamente no era tarada como para ir y hacerlo justo frente a todos los guardias, se escondió, en un callejón y luego envió su clon con toda la concentración del mundo para asegurarse que la ilusión no fuese muy exagerada ni nada, ya solo le quedaba meterse al prostíbulo y esperar al albino que seguramente entendería algo mejor a donde debían de ir y todo.
No fue muy bonito para la pelirroja meterse en un edificio de esa naturaleza y se le notaba demasiado incómoda, no quería estar allí, para colmo era sin lugar a dudas llamativo que una chica tan jovensita como lo era ella (al menos en apariencia) se metiera. ~Espero que no intente pasarse… ~Pensó claramente refiriéndose al moreno.
—Ya te dije que no soy furcia… —Fue lo primero que atinó a responder la pelirroja aunque luego recordó el detalle de que ella aun es menor de edad, a saber el moreno.
Lo importante era que ella por lo menos no sería aceptada fácilmente allí dentro por su físico que delataba que se trataba de una menor de edad, aunque quien sabe, capaz hacen excepciones. Igual el albino seguramente traería dinero, su vestimenta al menos así lo indicaba ya que se veía algo costosa.
—Te acompañaré pero hasta ahí no más, como te vea hacer algo raro me iré, ¿entendido…? —Afirmó la kunoichi mientras hacía los sellos para hacer el mísero bunshin, uno que se quedaría ‘apoyado’ en el poste en el que ella misma había estado previamente.
Obviamente no era tarada como para ir y hacerlo justo frente a todos los guardias, se escondió, en un callejón y luego envió su clon con toda la concentración del mundo para asegurarse que la ilusión no fuese muy exagerada ni nada, ya solo le quedaba meterse al prostíbulo y esperar al albino que seguramente entendería algo mejor a donde debían de ir y todo.
No fue muy bonito para la pelirroja meterse en un edificio de esa naturaleza y se le notaba demasiado incómoda, no quería estar allí, para colmo era sin lugar a dudas llamativo que una chica tan jovensita como lo era ella (al menos en apariencia) se metiera. ~Espero que no intente pasarse… ~Pensó claramente refiriéndose al moreno.