27/08/2016, 06:08
Tatsuya empezaba a sentir los efectos del sol, en la lejanía el horizonte se veía borroso por las ondas de calor mientras una pequeña lagartija se escabullía entre las piedras y la poca hierba desértica que apenas si lograba crecer en las orillas de las vías. Por suerte podía seguirlas, de no poder ya estaría perdido en aquella inmensa caja de arena.
"Solo falta que unos buitres empiezen a volar en círculos sobre mi cabeza..."
Había que ser muy positivo para bromear sobre eso, pero es que en medio de aquella escena lo último que necesitaba era desanimarse. Igual tampoco era para tanto, sacó la cantimplora y tomó un par de tragos con mucho cuidado a manera de evitar derramar una sola gota. Si por el fuera ya se la habría bebido toda, pero estaba consciente que lo mejor era guardarla para luego en caso de emergencia.
Para su suerte entre las deformadas siluetas que había enfrente poco a poco se fue dibujando el contorno de lo que parecía ser un edificio. En efecto, era la garita de control que controlaba el cruce de vías justo al lado de un depósito. En ningún momento disimuló su alegría, el de la capa negra esbozó una sonrisa y apresuró el paso para llegar a su destino. Sin embargo no era el único que se dirigía a ese lugar, un relinchar seguido de el sonido del galope iban acompañados por una gran nube de polvo indicando así que un grupo grande se acercaba.
"Ya había olvidado que no es bueno tentar al karma"
No eran buitres, pero quizás eran algo peor. Suficiente tenía con la historia que le contó el camarero para saber que aquello sólo podría traer problemas. Podría imaginar que quizás eran viajeros perdidos o algo por el estilo, pero su suerte era tan mala que prefería mejor no hacerse ilusiones. El grupo se acercó y le rodeó, se reían y chiflaban mientras cabalgaban alrededor de él; algunos llevaban pañuelos en la cara, otros tantos llevaban un estilo de sombrero que se le hacía un tanto raro al Takanashi, aunque la indumentaria de los jinetes era lo que menos importaba.
—¿Se les ofrece algo caballeros?— Parecía una pregunta ingenua aunque su rostro mostraba que estaba muy alerta.
"Solo falta que unos buitres empiezen a volar en círculos sobre mi cabeza..."
Había que ser muy positivo para bromear sobre eso, pero es que en medio de aquella escena lo último que necesitaba era desanimarse. Igual tampoco era para tanto, sacó la cantimplora y tomó un par de tragos con mucho cuidado a manera de evitar derramar una sola gota. Si por el fuera ya se la habría bebido toda, pero estaba consciente que lo mejor era guardarla para luego en caso de emergencia.
Para su suerte entre las deformadas siluetas que había enfrente poco a poco se fue dibujando el contorno de lo que parecía ser un edificio. En efecto, era la garita de control que controlaba el cruce de vías justo al lado de un depósito. En ningún momento disimuló su alegría, el de la capa negra esbozó una sonrisa y apresuró el paso para llegar a su destino. Sin embargo no era el único que se dirigía a ese lugar, un relinchar seguido de el sonido del galope iban acompañados por una gran nube de polvo indicando así que un grupo grande se acercaba.
"Ya había olvidado que no es bueno tentar al karma"
No eran buitres, pero quizás eran algo peor. Suficiente tenía con la historia que le contó el camarero para saber que aquello sólo podría traer problemas. Podría imaginar que quizás eran viajeros perdidos o algo por el estilo, pero su suerte era tan mala que prefería mejor no hacerse ilusiones. El grupo se acercó y le rodeó, se reían y chiflaban mientras cabalgaban alrededor de él; algunos llevaban pañuelos en la cara, otros tantos llevaban un estilo de sombrero que se le hacía un tanto raro al Takanashi, aunque la indumentaria de los jinetes era lo que menos importaba.
—¿Se les ofrece algo caballeros?— Parecía una pregunta ingenua aunque su rostro mostraba que estaba muy alerta.