23/05/2015, 14:53
Por un momento hubo silencio mientras Kazuma esperaba una respuesta. Al no oír nada la curiosidad lo empujo a tratar de pasar a dentro, pero algo le detuvo; Era un hombre, o al menos parecía uno, ya que las proporciones de su cuerpo eran cerca del doble de las un adulto normal. En cuanto se acerco más a la puerta los ciento sesenta centímetros de altura del joven, le hicieron sentirse como un enano.
«Cielos —pensó mientras ponía su cabeza en vertical para verle la cara al sujeto que estaba ahora frente a él—. Este sujeto es enorme, seguramente cuando no hay algún buey para el arado, el se pone el jugo encima y trabaja la tierra en lugar del animal»
Mientras aun se encontraba observando a aquel hombre con aspecto rudo y curtido por la vida. Este empezó a hablarle con un acento bastante particular y difícil de entender, el sujeto hablaba con fuerza como si le hablara a varias personas. Fue en ese momento al girar la cabeza que el peliblanco se dio cuenta que no estaba solo, a su lado igual de estático que él estaba un chico rubio, el cual se notaba unos años mayor al Ishimura.
«El sujeto no parece mal intencionado, pero igual no estaría cómodo estando solo con alguien de un aspecto tan rudo»
—Me parece que dice, que pasemos —dijo el peliblanco omitiendo la parte que parecía decir “O los are pasar”—. Además no creo que sea buena idea llevar la contraria a un sujeto como este —le susurro al chico rubio.
Mientras pasaba aquello el sujeto se hizo a un lado, haciendo espacio para que los chicos pasaran mientras este les arrojaba una mirada férrea con el único ojo que le quedaba.