4/09/2016, 17:06
¡¿Enserio?!...¡La madre que me parió! Era lo más inverosímil que vi en mi corta vida. Una jodida araña que hablaba...sencillamente épico. -¡Venga va, no me jodas! Me salió del alma. -¡Una araña que habla!...que pasada... Ahora el "ninja araña" o mejor dicho, "el ninja y su araña" habían puesto el listón alto a la vida en lo referente a sorpresas alucinantes.
Tan alucinado me hallaba, que se me soltó inconscientemente el makimono, se desenrolló cayendo al suelo. -¡Ostras! solté de golpe, mientras me dispuse a recogerlo sin despegar la vista de Yota y su araña parlanchina. La araña parecía juguetona con una peculiar voz exclamó "sorpresa" y vaya que si lo fue.
Me quedé estupefacto intentando asimilar aquello, más aún intentando encontrar una respuesta lógica a aquello ¿Cómo...cómo...puede ser? Mientras la araña parloteaba, yo intentaba salir de mi atasco mental. Boquiabierto volví a sostener el makimono y el pincel adecuadamente.
— Cierra tu bocaza y deja que haga su trabajo, ocho patas Dijo Yota increpando a la araña. -Dios...no discutir que os dibujo a los dos...Por cierto Yota...¿Dónde has comprado esa araña? !Yo quiero una¡ ¡Es super guay! Le pregunté exaltado mientras comenzaba a hacer trazos al papel, aún un poco en shock y nervioso.
De todos modos, esto era digno de redactar. Por lo que antes de ponerme al dibujo de aquella singular pareja, invoqué un pequeño ratón de tinta que salió del papel y se posó sobre mi hombro. Mi modesta invocación sería el testigo perfecto de tal proeza de criatura. Ansioso de que Yota aclarara su procedencia, esta vez si que me dispuse a dibujar.
-Yo también tengo mascotas Me sinceré -Pero no están vivas y claro está, no pueden hablar... Ahora mi pequeño ratón recogería para mí toda la información que plasmaría después en papel, para tratar de encontrar información sobre el tema una vez regresara a Takigakure.
-¿Quién es Kuromibojin? Pregunté confundido.
Tan alucinado me hallaba, que se me soltó inconscientemente el makimono, se desenrolló cayendo al suelo. -¡Ostras! solté de golpe, mientras me dispuse a recogerlo sin despegar la vista de Yota y su araña parlanchina. La araña parecía juguetona con una peculiar voz exclamó "sorpresa" y vaya que si lo fue.
Me quedé estupefacto intentando asimilar aquello, más aún intentando encontrar una respuesta lógica a aquello ¿Cómo...cómo...puede ser? Mientras la araña parloteaba, yo intentaba salir de mi atasco mental. Boquiabierto volví a sostener el makimono y el pincel adecuadamente.
— Cierra tu bocaza y deja que haga su trabajo, ocho patas Dijo Yota increpando a la araña. -Dios...no discutir que os dibujo a los dos...Por cierto Yota...¿Dónde has comprado esa araña? !Yo quiero una¡ ¡Es super guay! Le pregunté exaltado mientras comenzaba a hacer trazos al papel, aún un poco en shock y nervioso.
De todos modos, esto era digno de redactar. Por lo que antes de ponerme al dibujo de aquella singular pareja, invoqué un pequeño ratón de tinta que salió del papel y se posó sobre mi hombro. Mi modesta invocación sería el testigo perfecto de tal proeza de criatura. Ansioso de que Yota aclarara su procedencia, esta vez si que me dispuse a dibujar.
-Yo también tengo mascotas Me sinceré -Pero no están vivas y claro está, no pueden hablar... Ahora mi pequeño ratón recogería para mí toda la información que plasmaría después en papel, para tratar de encontrar información sobre el tema una vez regresara a Takigakure.
-¿Quién es Kuromibojin? Pregunté confundido.