9/09/2016, 19:22
Andaba yo al lado de la chimenea ya un rato ¿Ropas húmedas? Vaya pues resultaba que eso era cosa del pasado...Eso sí, el calor que había tenido que soportar fue como sufrir la penitencia en vida. ¡Maldita sea!¡ Ya no aguanto más al lado del infierno este!
Me disponía a abandonar la mesa en la que me encontraba, puesto que ya llevaba un rato ahí y ningún camarero ni nada que se le pareciera, se dignó a ver si "algún cliente" deseaba tomar algo. El servicio de aquí es una verdadera mierda de vaca, mierda de vaca de Ushi... Pero de repente, la puerta de la entrada dio un portazo.
Y para que ocultarlo, era una persona curiosa Entre lo tarde que es, y el tiempo tan malo que hace...¿Hay gente que pulula todavía por ahí fuera...? Pero la sorpresa fue mayúscula cuando asomó una pequeña figura ataviada con un oscuro chubasquero con capucha.
¿Será un niño? Casi pero no, nada más entrar se quitó el chubasquero, y aquello resultó ser una niña muy mona de pelo oscuro y ojos...oscuros también pero de una tonalidad que jamás había visto. A pesar de su sencillez...no se...llamaba un poco la atención. Ya que estaba escudriñandola, vi que se dirigió hacía la barra, se sentó como buenamente pudo en unos de los taburetes que se le antojaban algo grandes para ella.
¿Será lo que yo creo que es? Lo siguiente que hizo fue caer rendida sobre la barra a la par que desanudaba algo que llevaba a la frente, imposible de ver por el flequillo, lo estampó contra la barra y sonó metálico. ¿Un Hitai-ate? ¿Tan joven? que bochorno, es más pequeña que yo y ya es Kunoichi...yo a su edad...mejor mejor dejarlo estar
Para aliviar mi remordimiento de conciencia quise pensar que se trataría de la hija de alguien importante, y por ese motivo pudo acceder al rango de gennin más rápido que por vías normales, más que por talento innato. ¡Anda mira ¿No será eso un tablón de anuncios?
Pues al final resultó que cotillear a la pequeña kunoichi sirvió para que me percatara de que justo un poco más allá de la barra, había un tablón de anuncios. Se podía observar algún que otro papelajo en el, que ni corto ni perezoso me dirigí hasta allí para ojear lo que allí se anunciaba.
Veamos a ver...
Bueno, hice un repaso por encima de lo que se anunciaba. Y leí algo interesante, al parecer hace un par de días unos indeseables ladrones habían hecho de las suyas en Yachi. ¡Asco de ladrones! Pensé furioso mientras agarré el papel del tablón arrancándolo con fuerza, este se rasgó emitiendo el típico ruido que hace cuando se hace trizas. Los muy desalmados robaron artículos de valor en algunas casas, pero entre su botín, había un arma, un Kodachi perteneciente a al hijo del alcalde de Yachi. Había recompensa si se solucionaba el asunto, me parecía correcto la recompensa pero lo que yo quería era darles un escarmiento a aquellos hijos de mil perras.
Esto...
El único problema era que nunca había llevado a cabo algo así, podría ser demasiado para mí. Le preguntaré a la pequeña kunoichi si quiere hacer un trabajo por el bien de la justicia y el orden No tenía nada que perder, por lo que me senté en el taburete contiguo e intenté comenzar una conversación...y a ver que pasaba.
-Un mal día ¿eh?...
Me disponía a abandonar la mesa en la que me encontraba, puesto que ya llevaba un rato ahí y ningún camarero ni nada que se le pareciera, se dignó a ver si "algún cliente" deseaba tomar algo. El servicio de aquí es una verdadera mierda de vaca, mierda de vaca de Ushi... Pero de repente, la puerta de la entrada dio un portazo.
Y para que ocultarlo, era una persona curiosa Entre lo tarde que es, y el tiempo tan malo que hace...¿Hay gente que pulula todavía por ahí fuera...? Pero la sorpresa fue mayúscula cuando asomó una pequeña figura ataviada con un oscuro chubasquero con capucha.
¿Será un niño? Casi pero no, nada más entrar se quitó el chubasquero, y aquello resultó ser una niña muy mona de pelo oscuro y ojos...oscuros también pero de una tonalidad que jamás había visto. A pesar de su sencillez...no se...llamaba un poco la atención. Ya que estaba escudriñandola, vi que se dirigió hacía la barra, se sentó como buenamente pudo en unos de los taburetes que se le antojaban algo grandes para ella.
¿Será lo que yo creo que es? Lo siguiente que hizo fue caer rendida sobre la barra a la par que desanudaba algo que llevaba a la frente, imposible de ver por el flequillo, lo estampó contra la barra y sonó metálico. ¿Un Hitai-ate? ¿Tan joven? que bochorno, es más pequeña que yo y ya es Kunoichi...yo a su edad...mejor mejor dejarlo estar
Para aliviar mi remordimiento de conciencia quise pensar que se trataría de la hija de alguien importante, y por ese motivo pudo acceder al rango de gennin más rápido que por vías normales, más que por talento innato. ¡Anda mira ¿No será eso un tablón de anuncios?
Pues al final resultó que cotillear a la pequeña kunoichi sirvió para que me percatara de que justo un poco más allá de la barra, había un tablón de anuncios. Se podía observar algún que otro papelajo en el, que ni corto ni perezoso me dirigí hasta allí para ojear lo que allí se anunciaba.
Veamos a ver...
Bueno, hice un repaso por encima de lo que se anunciaba. Y leí algo interesante, al parecer hace un par de días unos indeseables ladrones habían hecho de las suyas en Yachi. ¡Asco de ladrones! Pensé furioso mientras agarré el papel del tablón arrancándolo con fuerza, este se rasgó emitiendo el típico ruido que hace cuando se hace trizas. Los muy desalmados robaron artículos de valor en algunas casas, pero entre su botín, había un arma, un Kodachi perteneciente a al hijo del alcalde de Yachi. Había recompensa si se solucionaba el asunto, me parecía correcto la recompensa pero lo que yo quería era darles un escarmiento a aquellos hijos de mil perras.
Esto...
El único problema era que nunca había llevado a cabo algo así, podría ser demasiado para mí. Le preguntaré a la pequeña kunoichi si quiere hacer un trabajo por el bien de la justicia y el orden No tenía nada que perder, por lo que me senté en el taburete contiguo e intenté comenzar una conversación...y a ver que pasaba.
-Un mal día ¿eh?...