11/09/2016, 14:42
Que si estirado...que si largilucho...se nota que esta niña no le importaba morir joven...Encima que me esforzaba por ser respetuoso e intentar no se...compartir conocimiento con aquel monstruo...Ella me pagaba siendo lo más grosera que su pequeño cuerpo le permitía.
Yo creo que tus padres te abandonaron por cansina...
—Vayha nhombbre mah ethirado— Respondí a aquello con mala cara. ¡Mal educada!
—Eres tan estirado como tu nombre y en todos los sentidos, largilucho— De nuevo volví a poner mala cara, incluso una vena se hinchó en mi frente.
-Y tu eres demasiado mal educada...¿Lo sabías? ¿Eres así de mal educada con tus superiores? ¿O con ellos no tienes lo que hay que tener? !Ja¡ Dije ya un poco hasta los cojones.
Thomoe se tomó ya su dichoso pescado, y ahora era ella la que tenía prisa cuando era yo el que esperaba paciente, se tiró dos eternidades para comerse un par de arenques raquíticos y mal olientes.
Fue ella y su chulería a por su pequeño chubasquero. —¿Sabrás al menos por dónde pueden estar no?— Se lo dije sin más para que seguir con el bucle de groserías y estupideces...-¡Si lo se! Respondí hastiado. -Siguiendo el río los acabaremos encontrando, serán bastantes por que han hecho una especie de asentamiento. Le informé para prevenir que hiciera alguna especie de locura.
- Y si, ya dejé dinero en la barra
Salí por la puerta, no sin antes ponerme mi sombrero de paja para resguardarme de la lluvia. Pero si es que con este puto tiempo, no es de extrañar que la gente esté igual de zumbada de la tiparraca esta...
Era ver para creer, seguía lloviendo como si nada. Una lluvia bastante torrencial que llevaría... ¿Todo el día? Que ganas tenía de acabar con esto para no tener que volver nunca más a este país. Siempre está lloviendo y a mi que me digan que esto es normal no me lo creeré jamás.
Esta lluvia es completamente antinatural...
El río no tenía perdida, solo había que oír el monótono y constante ruido del flujo del agua torrencial chocar contra las rocas. -¡Vamos! Le indiqué a Thomoe, mientras que seguíamos el río y nos íbamos alejando de Yachi para adentrarnos en la espesura del bosque. Caminar a tan altas horas de la noche, todo completamente encharcado y embarrado, con el cielo completamente cubierto... era una auténtica proeza, pues no se veía un carajo...
Menuda ostia nos vamos a pegar...
Yo creo que tus padres te abandonaron por cansina...
—Vayha nhombbre mah ethirado— Respondí a aquello con mala cara. ¡Mal educada!
—Eres tan estirado como tu nombre y en todos los sentidos, largilucho— De nuevo volví a poner mala cara, incluso una vena se hinchó en mi frente.
-Y tu eres demasiado mal educada...¿Lo sabías? ¿Eres así de mal educada con tus superiores? ¿O con ellos no tienes lo que hay que tener? !Ja¡ Dije ya un poco hasta los cojones.
Thomoe se tomó ya su dichoso pescado, y ahora era ella la que tenía prisa cuando era yo el que esperaba paciente, se tiró dos eternidades para comerse un par de arenques raquíticos y mal olientes.
Fue ella y su chulería a por su pequeño chubasquero. —¿Sabrás al menos por dónde pueden estar no?— Se lo dije sin más para que seguir con el bucle de groserías y estupideces...-¡Si lo se! Respondí hastiado. -Siguiendo el río los acabaremos encontrando, serán bastantes por que han hecho una especie de asentamiento. Le informé para prevenir que hiciera alguna especie de locura.
- Y si, ya dejé dinero en la barra
Salí por la puerta, no sin antes ponerme mi sombrero de paja para resguardarme de la lluvia. Pero si es que con este puto tiempo, no es de extrañar que la gente esté igual de zumbada de la tiparraca esta...
Era ver para creer, seguía lloviendo como si nada. Una lluvia bastante torrencial que llevaría... ¿Todo el día? Que ganas tenía de acabar con esto para no tener que volver nunca más a este país. Siempre está lloviendo y a mi que me digan que esto es normal no me lo creeré jamás.
Esta lluvia es completamente antinatural...
El río no tenía perdida, solo había que oír el monótono y constante ruido del flujo del agua torrencial chocar contra las rocas. -¡Vamos! Le indiqué a Thomoe, mientras que seguíamos el río y nos íbamos alejando de Yachi para adentrarnos en la espesura del bosque. Caminar a tan altas horas de la noche, todo completamente encharcado y embarrado, con el cielo completamente cubierto... era una auténtica proeza, pues no se veía un carajo...
Menuda ostia nos vamos a pegar...