11/09/2016, 20:33
Entrar a aquel local había sido un grave error, la chica no estaba preparada para ver las mil y un cosas que un hombre y una mujer eran capaces de hacer juntos en una cama y mucho menos se imaginaba a sí misma haciéndolas, para colmo había entrado acompañada de un chico. Cualquiera que los viese en el instante en que ingresaron al lugar se habría imaginado que se trataba de alguna parejita algo joven o algo del estilo. A saber…
—¡Oye, creo que encontré al sujeto! —Aseguró en un grito de voz baja.
Afirmó el albino a unos metros de distancia de donde la kunoichi había tomado asiento. Después de todo en estos instantes le tenía cierto ‘miedo’ especialmente luego de las acusaciones que había formulado horas atrás cuando tuvieron el primer encuentro, algo accidentado pero encuentro al fin.
Ritsuko le miró desde la distancia aún con el rostro enrojecido y luego de unos instantes se levantó y acercó tímidamente a la ubicación del contrario pero no se arrimó a mirar el lugar que describía el de piel morena, en su lugar se mantuvo más apegada a la pared casi que por ‘seguridad’.
—Vamos lo sacamos y listo… —Afirmó la pelirroja con un tono algo tembloroso.
Casi parecía ser otra persona a causa de los nervios que Ritsuko traía, pero la situación era lo suficientemente incómoda para que estuviese así. ~Quiero irme… ~Pensó justo antes de acercarse a la puerta y la tomó por el pomo, como el albino no la detuviese allí entraría la kunoichi a sacar de buenas a primeras sin oportunidad de diálogo al andrajoso que su compañero había descrito. Se suponía que estaba en alguna esquina de la habitación del otro lado de la puerta…
—¡Oye, creo que encontré al sujeto! —Aseguró en un grito de voz baja.
Afirmó el albino a unos metros de distancia de donde la kunoichi había tomado asiento. Después de todo en estos instantes le tenía cierto ‘miedo’ especialmente luego de las acusaciones que había formulado horas atrás cuando tuvieron el primer encuentro, algo accidentado pero encuentro al fin.
Ritsuko le miró desde la distancia aún con el rostro enrojecido y luego de unos instantes se levantó y acercó tímidamente a la ubicación del contrario pero no se arrimó a mirar el lugar que describía el de piel morena, en su lugar se mantuvo más apegada a la pared casi que por ‘seguridad’.
—Vamos lo sacamos y listo… —Afirmó la pelirroja con un tono algo tembloroso.
Casi parecía ser otra persona a causa de los nervios que Ritsuko traía, pero la situación era lo suficientemente incómoda para que estuviese así. ~Quiero irme… ~Pensó justo antes de acercarse a la puerta y la tomó por el pomo, como el albino no la detuviese allí entraría la kunoichi a sacar de buenas a primeras sin oportunidad de diálogo al andrajoso que su compañero había descrito. Se suponía que estaba en alguna esquina de la habitación del otro lado de la puerta…