12/09/2016, 17:43
La pregunta pilló un poco desprevenida a la joven kunoichi. Vacilaba a la hora de responder y parecía nerviosa, pero Kondor no le dio importancia. Podría ocurrirle cualquier cosa y el no era un experto en adivinar las intenciones de la gente. Lo dejó pasar mientras la muchacha le explicaba que debía haberse olvidado su mapa.
- ¡Ah! Pero...
E inmediatamente rebuscó por los alrededores hasta que cogió un palo del suelo. El salvaje reprimió el impulso de adoptar una postura defensiva por si era algun tipo de trampa o ataque, y se limitó a observar a su compañera mientras realizaba trazos en el suelo. Kondor no entendía lo que hacía, así que se acercó hacia Ayame mientras esta realizaba un mapa improvisado.
Quizá se colocó demasiado cerca. Lástima que no entendiera lo que significaba el espacio personal y quizá aquella chica se sintiera incómoda, pero no era su intención molestarla. Solo quería ver de cerca cada paso de lo que hacía, ya que nunca había visto a nadie hacer algo como eso. Al estar tan cerca, Kondor pudo admirar más de cerca el precioso cabello de la chica y su olor, que era mucho más intenso a esa distancia.
- No es una obra de arte... ¿pero te sirve? -le preguntó nada más terminar. El huérfano sabía lo que era el arte, pero no lo entendía. Si aquella serie de trazos era arte Kondor estaría en un aprieto si aquella chica buscaba su opinión. Frunció el ceño y estudió el dibujo. Cuando Ayame remarcó los paises delimitándolos fue cuando la chispa de la comprensión encendió en su cabeza. No era mas que lo que le había pedido.
- ¿Donde... Uzussssshio...? -preguntó Kondor, y señaló sin saber a una zona cercana del País de la Espiral y bastante cercana a Uzushiogakure. En cuanto Ayame le corrigiera, Kondor le señalaría con el dedo haciendo una linea que desembocara en el País del Viento- Paissss Viento... Dessssssierto. Mi casa. -y el salvaje le señalaría una zona que concordaba con el Oasis de la Luna, en el País del Viento. Cuando los shinobis de su aldea le enseñaron un mapa por primera vez, él preguntó donde se encontraba el Oasis de la Luna y cuando se lo dijeron, la ubicación no se le olvidaría en la vida. Era el único lugar que conocía exactamente si le enseñaban un mapa. Su hogar.
- ¡Ah! Pero...
E inmediatamente rebuscó por los alrededores hasta que cogió un palo del suelo. El salvaje reprimió el impulso de adoptar una postura defensiva por si era algun tipo de trampa o ataque, y se limitó a observar a su compañera mientras realizaba trazos en el suelo. Kondor no entendía lo que hacía, así que se acercó hacia Ayame mientras esta realizaba un mapa improvisado.
Quizá se colocó demasiado cerca. Lástima que no entendiera lo que significaba el espacio personal y quizá aquella chica se sintiera incómoda, pero no era su intención molestarla. Solo quería ver de cerca cada paso de lo que hacía, ya que nunca había visto a nadie hacer algo como eso. Al estar tan cerca, Kondor pudo admirar más de cerca el precioso cabello de la chica y su olor, que era mucho más intenso a esa distancia.
- No es una obra de arte... ¿pero te sirve? -le preguntó nada más terminar. El huérfano sabía lo que era el arte, pero no lo entendía. Si aquella serie de trazos era arte Kondor estaría en un aprieto si aquella chica buscaba su opinión. Frunció el ceño y estudió el dibujo. Cuando Ayame remarcó los paises delimitándolos fue cuando la chispa de la comprensión encendió en su cabeza. No era mas que lo que le había pedido.
- ¿Donde... Uzussssshio...? -preguntó Kondor, y señaló sin saber a una zona cercana del País de la Espiral y bastante cercana a Uzushiogakure. En cuanto Ayame le corrigiera, Kondor le señalaría con el dedo haciendo una linea que desembocara en el País del Viento- Paissss Viento... Dessssssierto. Mi casa. -y el salvaje le señalaría una zona que concordaba con el Oasis de la Luna, en el País del Viento. Cuando los shinobis de su aldea le enseñaron un mapa por primera vez, él preguntó donde se encontraba el Oasis de la Luna y cuando se lo dijeron, la ubicación no se le olvidaría en la vida. Era el único lugar que conocía exactamente si le enseñaban un mapa. Su hogar.