13/09/2016, 17:17
-Si esto no es una tormenta, que venga y baje el Dios que veneres y lo vea...
Tomoe dedicó una mirada condescendiente al de Takigakure —¿Todos en tú país sois tan quejicas? En Yachi las lluvias son suaves, no tienes ni idea de lo que es una tormenta— replicó la pelimorada mientras caminaba esquivando los charcos donde su compañero metía sus patazas
-Oye que si quieres ir delante...a mi no me importa...
—Ya voy delante, tortugo— saltó con los dos pies sobre un charco para que el barro salpicase a Yoshi —Por lento—
El camino empezaba a alargarse bastante más de lo que Tomoe hubiese esperado o más bien deseado, entre el ritmo de su compañero que tenía la mala costumbre de transitar por todos los charcos del camino, cuando entre la lluvia comenzaron a divisarse lo que debían ser las antorchas usadas para iluminarse por alguien. Dado el lugar, solo podían ser los bandidos o eso era lo que quería pensar.
- Voy a mandar unos espías..
—¿ehm?— el chico apartó su capa y sacó una especie de pincel y un lugar para pintar
"¿Se va a poner a dibujar?" vaya que si, hizo unos trazos y tas finalizar dijo:
-Ninpou: Chōjū Giga: Nezumi
Desde el papel salieron unos bultos negros, que a vista rápida parecían ser ratas. ¿Quizás una técnica de invocación? Tomoe no lo tenía muy claro, pero de manera totalmente refleja sacó un kunai y se lo lanzó a una de las ratas, haciendo que esta explotase en una masa negra
-Ya podemos seguir
Sin embargo, la pelimorada estaba a otra cosa. Se acuclillo para recoger su kunai y una vez lo tubo en la mano se lo llevo hasta los labios para pegarle un lametón como si de un perrillo se tratase.
—Puaf...— no pudo reprimir aquello ante aquel sabor tan fuerte, a barro y tinta mezclada. Escupió un poco —¡Qué asco! Era tinta, ¿qué has hecho?— preguntó mientras se incorporaba para seguir los pasos del de Taki, no sin antes limpiar cuidadosamente su kunai sobre su chubasquero antes de ponerlo a buen recaudo
Tomoe dedicó una mirada condescendiente al de Takigakure —¿Todos en tú país sois tan quejicas? En Yachi las lluvias son suaves, no tienes ni idea de lo que es una tormenta— replicó la pelimorada mientras caminaba esquivando los charcos donde su compañero metía sus patazas
-Oye que si quieres ir delante...a mi no me importa...
—Ya voy delante, tortugo— saltó con los dos pies sobre un charco para que el barro salpicase a Yoshi —Por lento—
El camino empezaba a alargarse bastante más de lo que Tomoe hubiese esperado o más bien deseado, entre el ritmo de su compañero que tenía la mala costumbre de transitar por todos los charcos del camino, cuando entre la lluvia comenzaron a divisarse lo que debían ser las antorchas usadas para iluminarse por alguien. Dado el lugar, solo podían ser los bandidos o eso era lo que quería pensar.
- Voy a mandar unos espías..
—¿ehm?— el chico apartó su capa y sacó una especie de pincel y un lugar para pintar
"¿Se va a poner a dibujar?" vaya que si, hizo unos trazos y tas finalizar dijo:
-Ninpou: Chōjū Giga: Nezumi
Desde el papel salieron unos bultos negros, que a vista rápida parecían ser ratas. ¿Quizás una técnica de invocación? Tomoe no lo tenía muy claro, pero de manera totalmente refleja sacó un kunai y se lo lanzó a una de las ratas, haciendo que esta explotase en una masa negra
-Ya podemos seguir
Sin embargo, la pelimorada estaba a otra cosa. Se acuclillo para recoger su kunai y una vez lo tubo en la mano se lo llevo hasta los labios para pegarle un lametón como si de un perrillo se tratase.
—Puaf...— no pudo reprimir aquello ante aquel sabor tan fuerte, a barro y tinta mezclada. Escupió un poco —¡Qué asco! Era tinta, ¿qué has hecho?— preguntó mientras se incorporaba para seguir los pasos del de Taki, no sin antes limpiar cuidadosamente su kunai sobre su chubasquero antes de ponerlo a buen recaudo