15/09/2016, 14:45
Parecía que la negociación entre Mano larga Urasaki y Mogura no iba a llegar a ningún lado, por si fuera poco cada vez mas gente comenzaba a mostrarse en la escena, gente que no parecía precisamente querer ayudar al ladrón. El joven médico no tenia mucha mas paciencia de la que ya había bajado sobre el tablero, no faltaba mucho para que se levantara y le metiera un golpe a las piezas.
¡Ja, muy astuto, Mogura! Me has traído a propósito a este lugar para que la niña cabeza de mora haga el trabajo sucio por ti ¿eh?
Armando una tormenta de un vaso de agua y con la vista de un cuervo atento al brillo de las cosas antepuso el cofre robado a la trayectoria que seguía la kunai de la Uchiha. Un pequeño rasguño no haría decaer tanto el valor de aquel objeto, pero si eso le permitía seguir vivo para poder completar la venta servía.
¿De qué estas hablando? ¡Te dije que me des ese cofre!
Reclamó nuevamente al escudado malandro. No pudo evitar de todas formas mirar un instante en la dirección de donde provino el arma arrojada. Urasaki había hecho cosas cuestionables en su historia pero no estaba del todo seguro de si se merecía tener una kunai clavada en el cuello.
La voz de la damnificada tomó por un momento la escena, reclamando con un poco de inocencia que todo era parte de una confusión y que no había accedido a realizar ninguna clase de donación a la causa del ex alumno de la academia.
Después de todo lo que hemos pasado juntos... siento mucho apego a esta caja, no puedo devolverla, muchachita.
Se lamentó Mano larga Urasaki intentando derramar lagrimas de cocodrilo. Mogura ya había tenido suficiente de toda su palabrería y posiblemente aquella desconocida no estaba para nada agradada por la interrupción de esos dos.
¡Ja, muy astuto, Mogura! Me has traído a propósito a este lugar para que la niña cabeza de mora haga el trabajo sucio por ti ¿eh?
Armando una tormenta de un vaso de agua y con la vista de un cuervo atento al brillo de las cosas antepuso el cofre robado a la trayectoria que seguía la kunai de la Uchiha. Un pequeño rasguño no haría decaer tanto el valor de aquel objeto, pero si eso le permitía seguir vivo para poder completar la venta servía.
¿De qué estas hablando? ¡Te dije que me des ese cofre!
Reclamó nuevamente al escudado malandro. No pudo evitar de todas formas mirar un instante en la dirección de donde provino el arma arrojada. Urasaki había hecho cosas cuestionables en su historia pero no estaba del todo seguro de si se merecía tener una kunai clavada en el cuello.
La voz de la damnificada tomó por un momento la escena, reclamando con un poco de inocencia que todo era parte de una confusión y que no había accedido a realizar ninguna clase de donación a la causa del ex alumno de la academia.
Después de todo lo que hemos pasado juntos... siento mucho apego a esta caja, no puedo devolverla, muchachita.
Se lamentó Mano larga Urasaki intentando derramar lagrimas de cocodrilo. Mogura ya había tenido suficiente de toda su palabrería y posiblemente aquella desconocida no estaba para nada agradada por la interrupción de esos dos.