19/09/2016, 19:52
-Sabes leer ¿Verdad? Aquí está la situación de los bandidos
El de taki le acaba de tender un mapa con la ubicación de sus adversarios, lamentablemente la lluvia pronto emborronó el papel aunque lo básico se podía ver. Le echó un rápido vistazo para después hacer una bola con el mapa y tirarlo a un lado.
—Tres bandidos para cuatro muros...— murmuró la pelimorada para sí misma sin prestarle mucha atención a su compañero. Ella ya había designado su objetivo antes incluso de tener el mapa en las manos, y ese era nada más y nada menos que ejecutar al líder para tratar de dispersar al grupo. Sin embargo, tal y como había calculado había guardias apostados
"Tengo que reconocer que saber donde están exactamente cada uno de mis oponentes facilita bastante el asunto" aunque lo pensase no lo reconocería ante del largilucho de Taki, no al menos por el momento.
—Voy a por el líder— informó la pelimorada —Si cae, el resto lo más probable es que huyan y así solo tendremos que darle caza uno a uno— la chica paseo la mirada por los muros, tratando de encontrar una abertura para poder pasar sin ser detectada
"Aún así... antes debería de acabar al menos con uno de los guardias para tener vía libre..." Tomoe observó al viligante que paseaba tranquilamente sobre el muro que tenía en frente "quizás... si puede funcionar"
—Cambio de plan, voy a traer a los vigilantes hasta aquí— la de Amegakure se levantó lentamente, mientras sacaba del interior de su portaobjetos un par de armas y les ataba en su anilla hilo shinobi. La joven lanzó ambas armas en dirección al arquero, sin embargo su objetivo no era impactar directamente en él. El kunai pasó justo bajo la barbilla del bandido, mientras que la shuriken pasó rozándole por la nuca. El susto haría que se detuviera y sería el momento justo en que ambas armas girarían noventa grados para entrecruzarse al otro lado de la cara del oponente, lo que provocó que ambas se enredaran. Mientras una segunda shuriken, oculta en la sombra del kunai le abría la garganta, Tomoe tiraría con fuerza de ambos hilos para que el arquero cayese desde el muro hasta el exterior frente a ellos —Prepárate por que van a venir los otros dos— le dedicó un fugaz mirada a su compañero con aquellos ojos de color carmesí para asegurarse de que seguía el ritmo.
Tomoe sabía que su jugada había sido lo suficientemente rápida como para que alguien que estuviese distraído no se hubiese dado cuenta de lo que había ocurrido, sin embargo el sonido del bandido cayendo debería ser suficiente como para llamar la atención de los otros dos guardias.
"Vamos..." mientras aguardaba impaciente, sacó desde el interior de su portaobjetos un par de pastillas de manera casi inconsciente que no tardó ni un instante en devorar
El de taki le acaba de tender un mapa con la ubicación de sus adversarios, lamentablemente la lluvia pronto emborronó el papel aunque lo básico se podía ver. Le echó un rápido vistazo para después hacer una bola con el mapa y tirarlo a un lado.
—Tres bandidos para cuatro muros...— murmuró la pelimorada para sí misma sin prestarle mucha atención a su compañero. Ella ya había designado su objetivo antes incluso de tener el mapa en las manos, y ese era nada más y nada menos que ejecutar al líder para tratar de dispersar al grupo. Sin embargo, tal y como había calculado había guardias apostados
"Tengo que reconocer que saber donde están exactamente cada uno de mis oponentes facilita bastante el asunto" aunque lo pensase no lo reconocería ante del largilucho de Taki, no al menos por el momento.
—Voy a por el líder— informó la pelimorada —Si cae, el resto lo más probable es que huyan y así solo tendremos que darle caza uno a uno— la chica paseo la mirada por los muros, tratando de encontrar una abertura para poder pasar sin ser detectada
"Aún así... antes debería de acabar al menos con uno de los guardias para tener vía libre..." Tomoe observó al viligante que paseaba tranquilamente sobre el muro que tenía en frente "quizás... si puede funcionar"
—Cambio de plan, voy a traer a los vigilantes hasta aquí— la de Amegakure se levantó lentamente, mientras sacaba del interior de su portaobjetos un par de armas y les ataba en su anilla hilo shinobi. La joven lanzó ambas armas en dirección al arquero, sin embargo su objetivo no era impactar directamente en él. El kunai pasó justo bajo la barbilla del bandido, mientras que la shuriken pasó rozándole por la nuca. El susto haría que se detuviera y sería el momento justo en que ambas armas girarían noventa grados para entrecruzarse al otro lado de la cara del oponente, lo que provocó que ambas se enredaran. Mientras una segunda shuriken, oculta en la sombra del kunai le abría la garganta, Tomoe tiraría con fuerza de ambos hilos para que el arquero cayese desde el muro hasta el exterior frente a ellos —Prepárate por que van a venir los otros dos— le dedicó un fugaz mirada a su compañero con aquellos ojos de color carmesí para asegurarse de que seguía el ritmo.
Tomoe sabía que su jugada había sido lo suficientemente rápida como para que alguien que estuviese distraído no se hubiese dado cuenta de lo que había ocurrido, sin embargo el sonido del bandido cayendo debería ser suficiente como para llamar la atención de los otros dos guardias.
"Vamos..." mientras aguardaba impaciente, sacó desde el interior de su portaobjetos un par de pastillas de manera casi inconsciente que no tardó ni un instante en devorar