10/10/2016, 17:12
El plan era bastante sencillo, depositar los restos moribundos del antiguo compañero de academia en la recepción, confiárselos a alguien e ir a buscar personal médico que pudiese hacerse cargo de la situación. Por alguna razón esa actividad tan simple estaba resultando un poco más complicada, la causa de esa dificultad no era otra que una Uchiha de pelo morado que no paraba de gritar.
¿Acaso esta salvaje no tiene nada mejor que hacer que gritarme...?
Pensó al escucharla entrar por la puerta, bueno, azotando la puerta y entrando a los gritos como una rabiosa. De un momento a otro sintió como algo le peinaba la melena e hizo recorrer un escalofrió a lo largo de toda su columna vertebral. Aquello que había pasado frente a él no sería otra cosa que una cubeta con agua la cual se dirigía furiosamente en dirección a la kunoichi pelimorada.
Pero la Uchiha no iba a recibir el golpe así como así, sino que iba intercambiar su lugar con una silla realizando lo que él interpretó como un Kawarimi no jutsu. Y como ya parecía ser un patrón en su conducta, no tardó mucho en empezar a lanzar palabras poco agradables.
Hey... paren de pelear...
Pensaba mientras admiraba desde una distancia segura como el bedel le partía un palo en la cabeza a la niña. Ese sujeto parecía tener sus años en el negocio, posiblemente y sin ser algo muy difícil todos en su carrera como shinobi habrían cruzado al viejo bedel al menos una vez, Tomoe se lo había cruzado, el joven médico lo había hecho, posiblemente hasta la misma Arashikage habría caminado en algún momento por el piso que ese tipo habría limpiado.
Sin duda alguna no lo está...
Contestó inicialmente a las palabras del bedel dedicadas al ratero de Urasaki, cuando se acercó a verlo. Tratando de completar una parte de su improvisado plan de auxilio, fue acercándolo cuidadosamente hasta recostarlo sobre una fila de sillas cercanas al mostrador.
Este malandro intentó robarle sus cosas a alguien y cuando lo terminé arrinconando allá afuera, esa niña va y le tira con todos los kunai a los que pudo echarle mano.
No deseaba cambiar ningún hecho, Urasaki se había intentado robar un baúl con valiosas pertenencias y eso lo volvía un ladrón y también la kunoichi había intentado matarlo. No iba a molestarse en mentir para cubrir su espalda, después de todo si él no hubiese ayudado al tipo seguramente estaría muriéndose en la lluvia.
¿Podría tenerlo aquí hasta qué busque a alguien para que se lo lleve?
Preguntó mirándolo directo a los ojos, su improvisado plan involucraba a una persona que pudiese velar por el moribundo de Urasaki hasta que él llegara al centro médico mas cercano.
¿Acaso esta salvaje no tiene nada mejor que hacer que gritarme...?
Pensó al escucharla entrar por la puerta, bueno, azotando la puerta y entrando a los gritos como una rabiosa. De un momento a otro sintió como algo le peinaba la melena e hizo recorrer un escalofrió a lo largo de toda su columna vertebral. Aquello que había pasado frente a él no sería otra cosa que una cubeta con agua la cual se dirigía furiosamente en dirección a la kunoichi pelimorada.
Pero la Uchiha no iba a recibir el golpe así como así, sino que iba intercambiar su lugar con una silla realizando lo que él interpretó como un Kawarimi no jutsu. Y como ya parecía ser un patrón en su conducta, no tardó mucho en empezar a lanzar palabras poco agradables.
Hey... paren de pelear...
Pensaba mientras admiraba desde una distancia segura como el bedel le partía un palo en la cabeza a la niña. Ese sujeto parecía tener sus años en el negocio, posiblemente y sin ser algo muy difícil todos en su carrera como shinobi habrían cruzado al viejo bedel al menos una vez, Tomoe se lo había cruzado, el joven médico lo había hecho, posiblemente hasta la misma Arashikage habría caminado en algún momento por el piso que ese tipo habría limpiado.
Sin duda alguna no lo está...
Contestó inicialmente a las palabras del bedel dedicadas al ratero de Urasaki, cuando se acercó a verlo. Tratando de completar una parte de su improvisado plan de auxilio, fue acercándolo cuidadosamente hasta recostarlo sobre una fila de sillas cercanas al mostrador.
Este malandro intentó robarle sus cosas a alguien y cuando lo terminé arrinconando allá afuera, esa niña va y le tira con todos los kunai a los que pudo echarle mano.
No deseaba cambiar ningún hecho, Urasaki se había intentado robar un baúl con valiosas pertenencias y eso lo volvía un ladrón y también la kunoichi había intentado matarlo. No iba a molestarse en mentir para cubrir su espalda, después de todo si él no hubiese ayudado al tipo seguramente estaría muriéndose en la lluvia.
¿Podría tenerlo aquí hasta qué busque a alguien para que se lo lleve?
Preguntó mirándolo directo a los ojos, su improvisado plan involucraba a una persona que pudiese velar por el moribundo de Urasaki hasta que él llegara al centro médico mas cercano.