14/10/2016, 12:39
-No se quién morirá ahora, pero desde luego ¡Yo no seré!. Vamos chicos, ¡TODOS! ¡A POR ELLA!
Al parecer los bandidos habían optado por el camino más rápido hasta la tumba, cargaban en dirección al león de tinta y eso era algo que Tomoe no iba a desprovechar.
"Acabemos con esto" la pelimorada se mantuvo en pie, encima de la grupa del animal a la espera de recibir el ataque de su oponente que justo en aquel momento saltaba sobre ella empuñando la kodachi, ante la sorpresa de todos Tomoe no se movería y la hoja del arma se hundiría en su cuerpo... tras esto una explosión seguida por humo y en en lugar donde debía de estar el cuerpo de la chica solo estaba un viejo trozo de madera.
Aprovechando la confusión, la kunoichi se había ocultado entre las hierbas altas cerca del muro, amparada por la oscuridad de la noche. Justo a la espalda de sus adversarios, desde donde dispondría de todas las facilidades posibles para lanzar dos shurikens a las nucas de los otros dos atacantes, mientras el de la kodachi se las veía con la bestia de tinta sobre la que se encontraba ahora mismo "Demasiado fácil..." la joven permanecería oculta un rato más, para recuperar el aliento tras el kawarimi pues aún no estaba acostumbrada a moverse tan rápidamente.
Si sus shurikens impactaban, solo quedarían dos oponentes
Al parecer los bandidos habían optado por el camino más rápido hasta la tumba, cargaban en dirección al león de tinta y eso era algo que Tomoe no iba a desprovechar.
"Acabemos con esto" la pelimorada se mantuvo en pie, encima de la grupa del animal a la espera de recibir el ataque de su oponente que justo en aquel momento saltaba sobre ella empuñando la kodachi, ante la sorpresa de todos Tomoe no se movería y la hoja del arma se hundiría en su cuerpo... tras esto una explosión seguida por humo y en en lugar donde debía de estar el cuerpo de la chica solo estaba un viejo trozo de madera.
Aprovechando la confusión, la kunoichi se había ocultado entre las hierbas altas cerca del muro, amparada por la oscuridad de la noche. Justo a la espalda de sus adversarios, desde donde dispondría de todas las facilidades posibles para lanzar dos shurikens a las nucas de los otros dos atacantes, mientras el de la kodachi se las veía con la bestia de tinta sobre la que se encontraba ahora mismo "Demasiado fácil..." la joven permanecería oculta un rato más, para recuperar el aliento tras el kawarimi pues aún no estaba acostumbrada a moverse tan rápidamente.
Si sus shurikens impactaban, solo quedarían dos oponentes