27/05/2015, 12:06
-Bueno no pasa nada, seguro que debe haberlos pero esto no esta nada mal. Afirmé levantando un pulgar hacía arriba.
Creía que Yota me trajo hasta aquí porque tenía la intención de proponerme algún tipo de entrenamiento, lo más frecuente sería un combate amistoso, aunque mi experiencia me dice que los combates raras veces acababan en algo amistoso. Tras mi pregunta, el respondió extrañado, como si no se lo esperara pero no tardó mucho en responder afirmativamente, es más, fue casi instantánea la respuesta.
Quería descubrir por qué era tan peligroso. Al escucharle arqueé las cejas sin saber que decirle, suspiré y le dije mientras me desprendía de mi túnica que la dejé sobre la arena plegada. -Mis capacidades son demasiado llamativas. Ya sabes, van acompañadas de destellos repentinos y de fuertes estruendos. Seguro que pensará la guardia de Yamiria que soy una especie de terrorista, y creo que el crimen por eso es la muerte. Después me quité las sandalias shinobi aprovechando de que estabamos en la arena, el tacto de los píes descalzos sobre la fina arena era muy reconfortante.
-Pero bueno, ya se me ocurrirá algo sobre la marcha. Abrí ambos portaobjetos que llevaba atados en mi obi.
Realicé unos pequeños estiramientos, pues sabía que iba a correr mucho como era costumbre en mí. No sabía a ciencia cierta como andaba Yota de velocidad punta, puesto que para mí era algo decisivo ser rápido. -¿Estás listo? Pregunté mientras me llevaba mis manos a los portaobjetos. Ambas bocas tomaron de un voraz bocado, un puñado de arcilla, eso provocó que se escuchara un inquietante sonido cuando las bocas engulleron y mientras mascaban la arcilla. En caso de que fuera afirmativa la respuesta de Yota, corrí hacía él como alma que lleva el diablo inclinado ligeramente hacía abajo.
Creía que Yota me trajo hasta aquí porque tenía la intención de proponerme algún tipo de entrenamiento, lo más frecuente sería un combate amistoso, aunque mi experiencia me dice que los combates raras veces acababan en algo amistoso. Tras mi pregunta, el respondió extrañado, como si no se lo esperara pero no tardó mucho en responder afirmativamente, es más, fue casi instantánea la respuesta.
Quería descubrir por qué era tan peligroso. Al escucharle arqueé las cejas sin saber que decirle, suspiré y le dije mientras me desprendía de mi túnica que la dejé sobre la arena plegada. -Mis capacidades son demasiado llamativas. Ya sabes, van acompañadas de destellos repentinos y de fuertes estruendos. Seguro que pensará la guardia de Yamiria que soy una especie de terrorista, y creo que el crimen por eso es la muerte. Después me quité las sandalias shinobi aprovechando de que estabamos en la arena, el tacto de los píes descalzos sobre la fina arena era muy reconfortante.
-Pero bueno, ya se me ocurrirá algo sobre la marcha. Abrí ambos portaobjetos que llevaba atados en mi obi.
Realicé unos pequeños estiramientos, pues sabía que iba a correr mucho como era costumbre en mí. No sabía a ciencia cierta como andaba Yota de velocidad punta, puesto que para mí era algo decisivo ser rápido. -¿Estás listo? Pregunté mientras me llevaba mis manos a los portaobjetos. Ambas bocas tomaron de un voraz bocado, un puñado de arcilla, eso provocó que se escuchara un inquietante sonido cuando las bocas engulleron y mientras mascaban la arcilla. En caso de que fuera afirmativa la respuesta de Yota, corrí hacía él como alma que lleva el diablo inclinado ligeramente hacía abajo.