18/10/2016, 18:09
-El gusto es mío
Yoshimitsu, desde luego, le había causado una buena impresión al muchacho, estaba siendo muy amable y desde luego, se le veía majo.
-¡Fantástico! nada está aquí al lado. Tuve la suerte de encontrar leña y sarmiento en buen estado, a pesar de las últimas lluvias de estos días
Riko le escuchó y realmente se sorprendió un poco, él había mirado, tampoco muy en profundidad, era cierto, pero no había conseguido ver ningún trozo de madera válido para encender un fuego, todos estaban demasiado húmedos.
— ¡Qué suerte! — Exclamó el joven a la vez que comenzaba a caminar al lado de su recién conocido compañero.
El camino hacia la fogata que el de Taki había encendido no era muy largo, según le había dicho, y para hacer el paseo más llevadero, Yoshimitsu preguntó acerca del motivo por el que el rastas había decidido ir a parar a un lugar como aquel, teniendo en cuenta que esta bastante lejos de su casa.
— Pues verás, resulta que un buen amigo mío me reto a tener un ''fin de semana de supervivencia'', ya sabes, una aventura de estas en las que te marchas a un lugar lejano, sin ningún tipo de sustento más que tu habilidad, y me es difícil decir que no a un reto, así que... este fue el lugar que mi amigo eligió para que pasara esta aventura. — Explicó el moreno.
Apenas tuvieron que andar y el fuego estaba ante ellos, de hecho, un muy buen fuego, al parecer era cierto que el joven takigakuriense había encontrado buena leña para encender la hoguera. Rápidamente el Zaibatsu acercó unos palos perfectos para ensartar los pescados y ponerlos al fuego para comerlos.
-Bueno, aquí es. No me quiero echar rosas, pero creo que hice un buen fuego ¿No crees?
Riko se dispuso a sacar el kunai que había utilizado para pescar, y se sentó al lado del fuego, para recibir un poco del calor que éste desprendía y rápidamente se puso a limpiar sus peces, a sacarles las tripas y a quitarles las escamas.
— Desde luego, la verdad que no creo que hubiera podido hacer uno mejor, de hecho no creo que hubiera podido encender uno. — Sonrió el joven.
No tardó demasiado en limpiar sus pescados, y se levantó para acercarse al río y eliminar así cualquier resto de sangre y esas cosas de los animales, y dejarlos perfectamente listos para asar.
— ¿Quieres que te ayude con los tuyos? — Se ofreció el joven cuando regresó junto al fuego.
Yoshimitsu, desde luego, le había causado una buena impresión al muchacho, estaba siendo muy amable y desde luego, se le veía majo.
-¡Fantástico! nada está aquí al lado. Tuve la suerte de encontrar leña y sarmiento en buen estado, a pesar de las últimas lluvias de estos días
Riko le escuchó y realmente se sorprendió un poco, él había mirado, tampoco muy en profundidad, era cierto, pero no había conseguido ver ningún trozo de madera válido para encender un fuego, todos estaban demasiado húmedos.
— ¡Qué suerte! — Exclamó el joven a la vez que comenzaba a caminar al lado de su recién conocido compañero.
El camino hacia la fogata que el de Taki había encendido no era muy largo, según le había dicho, y para hacer el paseo más llevadero, Yoshimitsu preguntó acerca del motivo por el que el rastas había decidido ir a parar a un lugar como aquel, teniendo en cuenta que esta bastante lejos de su casa.
— Pues verás, resulta que un buen amigo mío me reto a tener un ''fin de semana de supervivencia'', ya sabes, una aventura de estas en las que te marchas a un lugar lejano, sin ningún tipo de sustento más que tu habilidad, y me es difícil decir que no a un reto, así que... este fue el lugar que mi amigo eligió para que pasara esta aventura. — Explicó el moreno.
Apenas tuvieron que andar y el fuego estaba ante ellos, de hecho, un muy buen fuego, al parecer era cierto que el joven takigakuriense había encontrado buena leña para encender la hoguera. Rápidamente el Zaibatsu acercó unos palos perfectos para ensartar los pescados y ponerlos al fuego para comerlos.
-Bueno, aquí es. No me quiero echar rosas, pero creo que hice un buen fuego ¿No crees?
Riko se dispuso a sacar el kunai que había utilizado para pescar, y se sentó al lado del fuego, para recibir un poco del calor que éste desprendía y rápidamente se puso a limpiar sus peces, a sacarles las tripas y a quitarles las escamas.
— Desde luego, la verdad que no creo que hubiera podido hacer uno mejor, de hecho no creo que hubiera podido encender uno. — Sonrió el joven.
No tardó demasiado en limpiar sus pescados, y se levantó para acercarse al río y eliminar así cualquier resto de sangre y esas cosas de los animales, y dejarlos perfectamente listos para asar.
— ¿Quieres que te ayude con los tuyos? — Se ofreció el joven cuando regresó junto al fuego.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»