28/05/2015, 10:29
Riko bromeó al oír mi comentario, asegurando que no tenía intención de formar parte del menú de aquella bestia antinatural. -Joder, yo tampoco. Dije de forma espontánea. Luego comenzó a seguir el rastro que nos conduciría inexorablemente hacía nuestra presa. Cuando Riko me invitó a observar las pisadas del animal, nos dimos cuenta de que efectivamente tenía que ser enorme, algo que facilitó mucho su búsqueda.
Comenzamos a seguir aquel característico rastro, y al poco, con Riko en la delantera, pudimos encontrar aquel monstruoso animal. "Por todos los Dios habidos y por haber..." Era una hormiga que era incluso más grande que un carromato, negra como la noche y con la tripa rojiza como la sangre. Si esa monstruosidad nos alcanzaba con sus enormes pinzas, sin duda podíamos despedirnos de nuestras extremidades. Por lo que quedé en la seguridad de las alturas, entre el follaje de los árboles.
Riko preguntó como debíamos proceder, fue el momento que aproveché para hacer unas sugerencias. -Bueno, lo ideal sería atacar desde la distancia, pues sería una insensatez atacar cuerpo a cuerpo. Si la hormiga decide ir a por nosotros, deberíamos separarnos para el que huya con ella, el otro pueda atacar por la retaguardia. Eso debería bastar para abatirla, por que dudo que sea muy inteligente. Comenzaré por arrojar unos explosivos, eso la aturdirá, como te dije se guían por las vibraciones y eso la desorientará.
Pero al mantener una conversación aún siendo en voz baja, fue suficiente para que la hormiga se pusiera a la defensiva. La leve vibración de nuestras cuerdas vocales y del aire al propagar el tenue sonido bastó para que la hormiga comenzase a buscarnos desesperadamente, chasqueando sus mandíbulas de manera grotesca. Debíamos tener mucho cuidado, puesto que la hormiga no le suponía ningún impedimento el terreno, podía trepar sin problemas hasta nuestra posición en un abrir y cerrar de ojos.
Por lo que no me demoré ni un instante, mis bocas expulsaron unos pequeños seres que emulaban unos insectos de otro mundo con forma de explosivo que al liberarlos de mis manos, crecieron manando un humo blanco. Fueron directas a aquella hormiga que treparon por su cuerpo sin dificultades hasta llegar a la cabeza. Como el animal tenía una piel dura, no se percató que algo recorría su cuerpo. Con una mano realice el sello de la serpiente y dije con firmeza pero sin levantar mucho la voz.
-Katsu.
Aquellas criaturas que esperaban en la cabeza de la hormiga, brillaron por un instante y explotaron violentamente. Causando un fuerte estruendo, la explosión causo una polvareda de humo y de astillas de los árboles circundantes al animal. Pero por suerte, desde nuestra posición y de la cobertura del follaje de las ramas no nos causó problemas. A continuación, se oyó un quejido que causó aquella hormiga gigante.
Comenzamos a seguir aquel característico rastro, y al poco, con Riko en la delantera, pudimos encontrar aquel monstruoso animal. "Por todos los Dios habidos y por haber..." Era una hormiga que era incluso más grande que un carromato, negra como la noche y con la tripa rojiza como la sangre. Si esa monstruosidad nos alcanzaba con sus enormes pinzas, sin duda podíamos despedirnos de nuestras extremidades. Por lo que quedé en la seguridad de las alturas, entre el follaje de los árboles.
Riko preguntó como debíamos proceder, fue el momento que aproveché para hacer unas sugerencias. -Bueno, lo ideal sería atacar desde la distancia, pues sería una insensatez atacar cuerpo a cuerpo. Si la hormiga decide ir a por nosotros, deberíamos separarnos para el que huya con ella, el otro pueda atacar por la retaguardia. Eso debería bastar para abatirla, por que dudo que sea muy inteligente. Comenzaré por arrojar unos explosivos, eso la aturdirá, como te dije se guían por las vibraciones y eso la desorientará.
Pero al mantener una conversación aún siendo en voz baja, fue suficiente para que la hormiga se pusiera a la defensiva. La leve vibración de nuestras cuerdas vocales y del aire al propagar el tenue sonido bastó para que la hormiga comenzase a buscarnos desesperadamente, chasqueando sus mandíbulas de manera grotesca. Debíamos tener mucho cuidado, puesto que la hormiga no le suponía ningún impedimento el terreno, podía trepar sin problemas hasta nuestra posición en un abrir y cerrar de ojos.
Por lo que no me demoré ni un instante, mis bocas expulsaron unos pequeños seres que emulaban unos insectos de otro mundo con forma de explosivo que al liberarlos de mis manos, crecieron manando un humo blanco. Fueron directas a aquella hormiga que treparon por su cuerpo sin dificultades hasta llegar a la cabeza. Como el animal tenía una piel dura, no se percató que algo recorría su cuerpo. Con una mano realice el sello de la serpiente y dije con firmeza pero sin levantar mucho la voz.
-Katsu.
Aquellas criaturas que esperaban en la cabeza de la hormiga, brillaron por un instante y explotaron violentamente. Causando un fuerte estruendo, la explosión causo una polvareda de humo y de astillas de los árboles circundantes al animal. Pero por suerte, desde nuestra posición y de la cobertura del follaje de las ramas no nos causó problemas. A continuación, se oyó un quejido que causó aquella hormiga gigante.