23/10/2016, 21:21
La mirada del médico se posó sobre la kunoichi, parecía que había logrado hacerla enfadar mucho más de lo que ya la había enfadado previamente ayudando a una persona que ella no consideraba digna. Extendiendo los dedos de su mano en alto fue lanzando los puntos que deseaba aclarar, curiosamente al terminar tenía mas dedos extendidos de lo que había nombrado.
¡¿TE HA QUEDADO CLARO?!
Gritó al final casi queriendo picarle los ojos con la mano. Interiormente el joven médico luchaba contra sus primitivos instintos de querer golpear a una persona que realmente no te cae bien. Dio unos pasos hacía atrás mirando a la niña repelente a los ojos.
¿Quién soy yo para darle lecciones a una kunoichi tan distinguida después de todo, no?
Dijo tratando de conservar las formas tanto como pudo, necesitaba largarse de aquel lugar tan pronto como fuese posible, por el bien de su cordura.
En fin... no me apetece quitarle más el tiempo a una eminencia de las kunai, así que me voy a retirar de su presencia...
Mientras decía eso comenzó a dar pasos en dirección a la salida de aquel lugar y por tanto a tomar distancia de la pelimorada rabiosa.
Cuando termines de llorar procura ponerte hielo en la cabeza.
No pudo evitar que su recomendación tuviese un tinte provocador, el deseo de darle un golpe a la niña iba en aumento pero era simplemente una niña con muy mal carácter y una pobre educación en lo que a modales se refería.
¡¿TE HA QUEDADO CLARO?!
Gritó al final casi queriendo picarle los ojos con la mano. Interiormente el joven médico luchaba contra sus primitivos instintos de querer golpear a una persona que realmente no te cae bien. Dio unos pasos hacía atrás mirando a la niña repelente a los ojos.
¿Quién soy yo para darle lecciones a una kunoichi tan distinguida después de todo, no?
Dijo tratando de conservar las formas tanto como pudo, necesitaba largarse de aquel lugar tan pronto como fuese posible, por el bien de su cordura.
En fin... no me apetece quitarle más el tiempo a una eminencia de las kunai, así que me voy a retirar de su presencia...
Mientras decía eso comenzó a dar pasos en dirección a la salida de aquel lugar y por tanto a tomar distancia de la pelimorada rabiosa.
Cuando termines de llorar procura ponerte hielo en la cabeza.
No pudo evitar que su recomendación tuviese un tinte provocador, el deseo de darle un golpe a la niña iba en aumento pero era simplemente una niña con muy mal carácter y una pobre educación en lo que a modales se refería.