30/10/2016, 04:04
Menuda ostía le ha pegado...Pero ahora es mi oportunidad
Las provocaciones de Tomoe hizo que el matón gigante centrara toda su atención en ella y con razón, era bastante más peligrosa que yo. El líder bandido tenía otra virtud entonces, que era además de fuerte un tipo listo, y además parecía conocer de algo a la kunoichi drogadicta de la Tormenta por lo que mencionó...
¿Uchiha? No se que será pero la montaña ha dicho algo de fortuna
De todos modos justo después de asestar la patada certera a Tomoe, el matón no quiso detenerse ahí, pues cuando apenas se estampó contra los maderos de delimitaban aquel campamento, quiso volver a la carga con la intención de no darle tiempo de reacción. Pero es ahí cuando intervine con mis creaciones de tinta, mi león que fue a la carga en busca del líder bandido, acabó por encontrarlo. Por lo que no tuvo la montaña más remedio que girarse para recibir a la fiera que se había lanzado a por él de forma violenta.
¡Venga león! Emocionado estaba ante mi éxito pero...
-¡¡¡AH!!!
¿¡Cómo!? El león de tinta se volatilizó en una nube de tinta, solo le bastó un movimiento de su pierna para partirlo en dos. De una miserable patada despacho a mi creación más poderosa hasta la fecha...jamás en mi vida pensé que vería algo así...
No puede ser...
Pero no todo estaba perdido, mis ratones de tinta habían podido llegar a su presa, que comenzaron a trepar el cuerpo del líder bandido y empezaron a hacerle la vida imposible.
-¡Eh tu mocoso de mierda! ¡Quítame estos bichos o te mataré a ti primero!
Tragué saliva asustado, pero no podía consentir quedarme de brazos cruzados mientras Tomoe recibía palos ella sola, que pensaría de los genins de Takigakure. Algunas ratas atacaron al líder bandido causándole algunos daños, otras seguían correteando por su cuerpo mientras el desesperado trataba de deshacerse de ellas mientras cambiaba su rumbo y se dirigía a por mi muy enfadao.
-¡Te voy a matar cobarde miserable!
¡Joder...!
Sabía que las ratas no bastarían para dejar K.O. al gigante, pero por lo menos sabía que Tomoe estaría preparando sus cuchillitos y cuerdas para despacharlo de un plumazo. Pero si no se daba prisa el grandullón acabaría por partirme la crisma.
Las provocaciones de Tomoe hizo que el matón gigante centrara toda su atención en ella y con razón, era bastante más peligrosa que yo. El líder bandido tenía otra virtud entonces, que era además de fuerte un tipo listo, y además parecía conocer de algo a la kunoichi drogadicta de la Tormenta por lo que mencionó...
¿Uchiha? No se que será pero la montaña ha dicho algo de fortuna
De todos modos justo después de asestar la patada certera a Tomoe, el matón no quiso detenerse ahí, pues cuando apenas se estampó contra los maderos de delimitaban aquel campamento, quiso volver a la carga con la intención de no darle tiempo de reacción. Pero es ahí cuando intervine con mis creaciones de tinta, mi león que fue a la carga en busca del líder bandido, acabó por encontrarlo. Por lo que no tuvo la montaña más remedio que girarse para recibir a la fiera que se había lanzado a por él de forma violenta.
¡Venga león! Emocionado estaba ante mi éxito pero...
-¡¡¡AH!!!
¿¡Cómo!? El león de tinta se volatilizó en una nube de tinta, solo le bastó un movimiento de su pierna para partirlo en dos. De una miserable patada despacho a mi creación más poderosa hasta la fecha...jamás en mi vida pensé que vería algo así...
No puede ser...
Pero no todo estaba perdido, mis ratones de tinta habían podido llegar a su presa, que comenzaron a trepar el cuerpo del líder bandido y empezaron a hacerle la vida imposible.
-¡Eh tu mocoso de mierda! ¡Quítame estos bichos o te mataré a ti primero!
Tragué saliva asustado, pero no podía consentir quedarme de brazos cruzados mientras Tomoe recibía palos ella sola, que pensaría de los genins de Takigakure. Algunas ratas atacaron al líder bandido causándole algunos daños, otras seguían correteando por su cuerpo mientras el desesperado trataba de deshacerse de ellas mientras cambiaba su rumbo y se dirigía a por mi muy enfadao.
-¡Te voy a matar cobarde miserable!
¡Joder...!
Sabía que las ratas no bastarían para dejar K.O. al gigante, pero por lo menos sabía que Tomoe estaría preparando sus cuchillitos y cuerdas para despacharlo de un plumazo. Pero si no se daba prisa el grandullón acabaría por partirme la crisma.