29/05/2015, 04:22
La tensión de aquella situación, era como la tormenta que los rodeaba. Aparentemente interminable. Solo que a diferencia de la tormenta de intensidad constante, el mal humor de la chica de cabellos negros, parecía ir en aumento.
—No te lo tomes con tanta paranoia, solo estoy tratando de que desistas en tu idea de acosarme —dijo con una sonrisa bastante prepotente.
—En ese sentido es solo una advertencia... Pero Igual puedes tomártelo como quieras.
—Solo debo decirte que este juego de actuar a la buscapleitos no te conviene conmigo cerca —expreso mientras serraba sus ojos y apoyaba su espalda en el tronco—. Aunque tal vez si quisieras jugar a ser una persona medianamente en sus cabales, estaremos en paz.
Con aquello dicho el Ishimura comenzó a barajar sus opciones.
Lo más probable es que aquel comentario solo encolerizara más a la kunoichi. Pero eso no preocupaba mucho al chico, ya que en general era una persona tranquila y amable con la gente aunque estuviera enfadada. El problema radicaba en que era absolutamente intolerante a los buscapleitos, aquellos seres a los que les gustaba hostigar a los demás solo por el placer y la diversión.
En el fondo, se decía así mismo que no era para tanto, y que quizás la ninja de Amegakure se cansaría y se iría por voluntad propia. Eso en vista de que parecía ser completamente incapaz de mostrar un poco de empatía. Pero por otro lado estaba deseando que la chica iniciara una pelea, así tendría una excusa, para echarla de ahí por la fuerza, y mostrarle que esos métodos de entretenimiento eran contraproducentes y hasta peligrosos.
—No te lo tomes con tanta paranoia, solo estoy tratando de que desistas en tu idea de acosarme —dijo con una sonrisa bastante prepotente.
—En ese sentido es solo una advertencia... Pero Igual puedes tomártelo como quieras.
—Solo debo decirte que este juego de actuar a la buscapleitos no te conviene conmigo cerca —expreso mientras serraba sus ojos y apoyaba su espalda en el tronco—. Aunque tal vez si quisieras jugar a ser una persona medianamente en sus cabales, estaremos en paz.
Con aquello dicho el Ishimura comenzó a barajar sus opciones.
Lo más probable es que aquel comentario solo encolerizara más a la kunoichi. Pero eso no preocupaba mucho al chico, ya que en general era una persona tranquila y amable con la gente aunque estuviera enfadada. El problema radicaba en que era absolutamente intolerante a los buscapleitos, aquellos seres a los que les gustaba hostigar a los demás solo por el placer y la diversión.
En el fondo, se decía así mismo que no era para tanto, y que quizás la ninja de Amegakure se cansaría y se iría por voluntad propia. Eso en vista de que parecía ser completamente incapaz de mostrar un poco de empatía. Pero por otro lado estaba deseando que la chica iniciara una pelea, así tendría una excusa, para echarla de ahí por la fuerza, y mostrarle que esos métodos de entretenimiento eran contraproducentes y hasta peligrosos.