2/11/2016, 03:19
Luego de un buen rato cepillando innecesariamente su cabello, Noemi ya sentía que iba siendo hora de ponerse en marcha para intentar una vez más el aprender aunque sea a flotar, aunque probablemente terminaría necesitando la ayuda de alguien por mucho que a ella le desagradase la idea. ~Tendría que haberme tomado las molestias antes. ~Se lamentaba en absoluto silencio ignorando totalmente a ese extraño que por algún motivo se había detenido a observarla a una distancia respetable.
No era nada raro que alguno que otro se detuviese a observarla, al menos ella estaba acostumbrada a atraer miradas por lo que no se vio alterada en lo más mínimo mientras guardaba su cepillo en el portaobjetos y se devolvía a observar a ese desconocido de vuelta.
—¿Necesitas algo? —Fue lo primero que atinó a decir la kunoichi dándose el lujo de analizar con la mirada al albino que tenía. Siquiera se había tomado las molestias de sonreír ni nada por el estilo.
A vista de la fémina no había mucho más que destacar además del parche en el ojo y tal vez el cabello blanco pero este no era el primer albino que se topaba en su existencia. ~¿Y tú eres…? ~Pensaba en silencio la chica en lo que esperaba alguna respuesta, aunque no perdía nada con intentar conseguir la información de forma verbal, con un poco de suerte no se trataba de alguien incapaz de hablar o mismo, no estaría paralizado presa de los nervios como muchos otros.
—Eres un shinobi, ¿verdad? —Soltó Noemi reclinándose un poco hacia adelante con la intención de intentar vislumbrar el símbolo de la bandana ajena pero sin éxito. —¿De qué aldea? —Agregó puesto que a simple vista no lograba distinguir el símbolo, pues el flequillo del contrario estaba en el camino.
No era nada raro que alguno que otro se detuviese a observarla, al menos ella estaba acostumbrada a atraer miradas por lo que no se vio alterada en lo más mínimo mientras guardaba su cepillo en el portaobjetos y se devolvía a observar a ese desconocido de vuelta.
—¿Necesitas algo? —Fue lo primero que atinó a decir la kunoichi dándose el lujo de analizar con la mirada al albino que tenía. Siquiera se había tomado las molestias de sonreír ni nada por el estilo.
A vista de la fémina no había mucho más que destacar además del parche en el ojo y tal vez el cabello blanco pero este no era el primer albino que se topaba en su existencia. ~¿Y tú eres…? ~Pensaba en silencio la chica en lo que esperaba alguna respuesta, aunque no perdía nada con intentar conseguir la información de forma verbal, con un poco de suerte no se trataba de alguien incapaz de hablar o mismo, no estaría paralizado presa de los nervios como muchos otros.
—Eres un shinobi, ¿verdad? —Soltó Noemi reclinándose un poco hacia adelante con la intención de intentar vislumbrar el símbolo de la bandana ajena pero sin éxito. —¿De qué aldea? —Agregó puesto que a simple vista no lograba distinguir el símbolo, pues el flequillo del contrario estaba en el camino.