3/11/2016, 11:29
Comprendí que este lugar era el preludio de uno todavía peor...como no...el país de la estúpida, sin sentido permanente Tormenta. ¿Cómo podía existir gente capaz de vivir todo el año allí? Era completamente inverosímil, solo podía ser que la gente de allí estuviera enferma, enferma de la cabeza.
Como putas cabras vamos...
Y para colmo que venía de allí, resultó que el aguacero que tuve que soportar a temperaturas bajo mínimo no fue suficiente. Por que ahora mismo tenía una sed bestial, casi tanto como mi bestia de tinta. Y no tenía pinta que la cosa mejorara a corto plazo, por que solo veía más planicie hasta donde mi vista podía alcanzar...el horizonte.
Manda cojones...
No encontré ningún sitio parecido a un poblado ni nada por el estilo, por lo menos no todo estaba perdido. En la lejanía una tímida silueta comenzó a dibujarse, y poco a poco tomó forma de persona.
Otro perdido como yo...seguro...
Lo que noté es que venía directo hacía mí, algo que me agradó en parte, con un poco de suerte, tendría aunque solo fuera un poco de agua, un trago me bastaría para poder seguir sin que se me cayera la lengua a pedazos. Con un poco más de suerte, algo que poder llevarme a la boca...
Le pagaré lo que sea...
AL final aquello que resultó ser una muchacha con una piel del color de la nieve al igual que su largo pelo, y con ojos rojizos... ¿Albina quizás? No se, pero era realmente bella, tenía unos rasgos muy finos y delicados, verdaderamente femenina. Sin embargo, venía dando tumbos, se veía que tenía un pedo de cojones, pero claro, cuando vi que era una kunoichi de Amegakure lo entendí pronto.
¡Bravo! ¡Bravo! Parece ser que en Amegakure para ser Shinobi...hay que ser borracho, drogadicto, Psicópata...
El aire que venía a mi favor era repugnante, pues el olor que venía de aquella chica era como a colonia rancia. Por lo que borracha no estaba, podríamos decir que ya casi rozaba el coma etílico. Pero quedé sorprendido, aún le quedaba algo de consciencia por que me habló, y como le suponía tanto esfuerzo conjugar más de dos palabras seguidas y que fueran medianamente inteligibles. Yo por cortesía, me tomé el esfuerzo de escucharlas y más aún de entenderlas.
Q-que perrrrro maz...mas ruaro...
Pobre...en eso no puedo más que darle la razón
La miré con un poco de escepticismo, no sabía como podría mantener una conversación con una kunoichi guapa de Ame que está más allí que para acá...Si no elegía bien las palabras...acabaría asesinándome o algo peor...no sabía que podría ser peor que la muerte, pero seguro que una kunoichi de Ame se sabría unas cuantas.
-Es mi mascota...es tan grande que me sirve de montura... Dije entre dudas, sin saber si sería capaz de entender nada de lo que le decía. -Oye Kunoichi de Ame...¿No tendrás algo que no sea alcohol? Estoy muerto de sed... Le confesé desesperado.