4/11/2016, 04:17
Haze tenía la esperanza de que aquella joven le indicaría el sitio, llegaría y le entregaría a su prima sus porquerías y podría echarse a dormir en cualquier posada al menos hasta el día siguiente, pero cuando tomo de nuevo la libretilla de manos de la joven, mayor fue su desilusión cuando leyó el contenido, no pudo evitar hacer una mueca pero la cambio rápidamente para disimular su decepción y se animó a escribir, por algún motivo tenía cierta habilidad escribiendo de pie.
<Bueno, estaba de camino a la reserva donde tienen a los pandas en su estado natural…> Escribió en una primera línea, pero recordó lo que ella redacto, era su primera vez también y bueno, la primera vez de ambos, así que no le dio mucha importancia a que no supiera.
<Entonces te acompañare, si no es problema…quizás vayamos al mismo sitio, no puedo dejarte sola por estas calles no son muy seguras y más si no tienes voz> Escribió más abajo, tomando la iniciativa ya que por algún extraño motivo, el hecho de que fuera una joven mujer y que fuera muda, influían mucho en el hecho de que su sentido de la moralidad le impedían dejarle sola, ser buen samaritano era algo que siempre le habían inculcado y si podía ser de utilidad lo seria al menos ayudando a una muda.
Tras escribir lo que necesitaba, le extendió la libretita nuevamente a la joven para ver hacia los lados, justo al otro lado de la calle, en toda la esquina el mismo trio de sujetos que escaparon despavoridos del panda fumado hacían vida en la esquina, con sus pintas de chicos malos uno de ellos estaba recostado de la pared, y otro de un poste de madera, con el tercero fumando un cigarrillo, aquello no le inspiro mucha confianza al Hyuga el cual frunció el ceño al verles.
<Bueno, estaba de camino a la reserva donde tienen a los pandas en su estado natural…> Escribió en una primera línea, pero recordó lo que ella redacto, era su primera vez también y bueno, la primera vez de ambos, así que no le dio mucha importancia a que no supiera.
<Entonces te acompañare, si no es problema…quizás vayamos al mismo sitio, no puedo dejarte sola por estas calles no son muy seguras y más si no tienes voz> Escribió más abajo, tomando la iniciativa ya que por algún extraño motivo, el hecho de que fuera una joven mujer y que fuera muda, influían mucho en el hecho de que su sentido de la moralidad le impedían dejarle sola, ser buen samaritano era algo que siempre le habían inculcado y si podía ser de utilidad lo seria al menos ayudando a una muda.
Tras escribir lo que necesitaba, le extendió la libretita nuevamente a la joven para ver hacia los lados, justo al otro lado de la calle, en toda la esquina el mismo trio de sujetos que escaparon despavoridos del panda fumado hacían vida en la esquina, con sus pintas de chicos malos uno de ellos estaba recostado de la pared, y otro de un poste de madera, con el tercero fumando un cigarrillo, aquello no le inspiro mucha confianza al Hyuga el cual frunció el ceño al verles.