29/05/2015, 16:09
El cabello plateado contestó rápido y sin tapujos a su igual. Él pensaba sin miedo que esas bandas metálicas eran un salvoconducto, una protección asegurada. Así mismo, con ese mismo detallé confirmó que hasta él se había dado cuenta de que era un shinobi de Kusa... y que ambos iban armados. La verdad, esa respuesta le vino absurda al rubio. ¿Acaso no hay quienes disfrutan cometiendo crímenes? ¿Acaso no hay quienes disfrutarían despedazando a shinobis? La respuesta es obvia... aunque la paz es reina y soberana, siempre hay de todo en los valles sin dueño.
El rubio alzó una ceja, incrédulo a lo respondido por su compañero. Realmente no sostuvo ese gesto demasiado tiempo, y apresuró en acercarse un poco a éste para que los otros presentes no le llegasen a escuchar.
— ¿En serio piensas que todo el mundo vive en armonía y paz y respeta nuestras placas metálicas? El bien es solo ausencia de mal... que haya paz, solo refleja que hay pocos enemigos... pero ésto no quiere decir que no haya enemigos o gente que disfruta regocijándose en atrocidades... — Susurró al de Uzu.
La mujer, con un gesto tosco y para nada afeminado se rascó la parte mas baja de la espalda, si, el culo. Miró a su cónyuge, y tras un breve silencio rompió la armonía del sitio con una áspera voz.
— Yie´to quiene san? —
El rubio quedó de nuevo abrumado ante la lingüística de sendos gigantes, pero eso ahora mismo no era lo prioritario. ¿Cómo leches se había metido en éste jaleo? ¿Realmente serían estos dos enormes especímenes de humanos agigantados unos broncas?
— E´to san lo siho de Taho sehuro. ¿A que hí? —
El hombre grande, se apresuró en presentarlos como parientes de alguien que al parecer conocían. A saber quién era ese tal Taho... si es que ese era su verdadero nombre.
El rubio alzó una ceja, incrédulo a lo respondido por su compañero. Realmente no sostuvo ese gesto demasiado tiempo, y apresuró en acercarse un poco a éste para que los otros presentes no le llegasen a escuchar.
— ¿En serio piensas que todo el mundo vive en armonía y paz y respeta nuestras placas metálicas? El bien es solo ausencia de mal... que haya paz, solo refleja que hay pocos enemigos... pero ésto no quiere decir que no haya enemigos o gente que disfruta regocijándose en atrocidades... — Susurró al de Uzu.
La mujer, con un gesto tosco y para nada afeminado se rascó la parte mas baja de la espalda, si, el culo. Miró a su cónyuge, y tras un breve silencio rompió la armonía del sitio con una áspera voz.
— Yie´to quiene san? —
El rubio quedó de nuevo abrumado ante la lingüística de sendos gigantes, pero eso ahora mismo no era lo prioritario. ¿Cómo leches se había metido en éste jaleo? ¿Realmente serían estos dos enormes especímenes de humanos agigantados unos broncas?
— E´to san lo siho de Taho sehuro. ¿A que hí? —
El hombre grande, se apresuró en presentarlos como parientes de alguien que al parecer conocían. A saber quién era ese tal Taho... si es que ese era su verdadero nombre.