10/11/2016, 11:32
Riko se limitó a seguir la dirección que marcaba la fila en la que se había colocado, la fila de los combatientes, ehcando un último vistazo a su alrededor y viendo como Yoshimitsu se adentraba ya en la carpa para coger un sitio desde el que ver los combates que tuvieran llugar.
Una vez todos los futuros combatientes habían entrado en el lugar que les correspondía Riko comenzó a tratar de analizar cuidadosamente a cada uno. Era una tarea complicada, pues eran bastantes y cada uno era completamente diferente al anterior, por lo que, rápidamente desechó la idea de intentar analizarlos y se limitó a observar. No tardó mucho en descubrir cuáles eran con los que no quería pelear.
De repente, una voz se hizo destacar entre el murmullo que había.
-Por pafor, damas y caballeros, os ruego silencio. Por favor...muy bien. Bienvenidos a todos a la arena sangrienta. ¡Por favor silencio!... Y tal y como el anciano pidió, se hizo el silencio. -Mi nombre es Makoto Ren, y no os preocupéis algunos por el nombre de nuestro seguro evento, como combatientes que sois, debéis saber que a veces suele haber un poco de sangre pero disponemos de un diligente servicio de asistencia.
Aquellas palabras tranquilizaron a alguno de los combatientes que parecía más nervioso. Rápidamente el anciano comenzó a explicar como se haría el sorteo de los combates, comenzando por repartir unas bandas con números que los dos hombretones que tenía al lado comenzaron a repartir, una para cada participante.
-Coloquesela Combatiente-san.
Riko obedeció inmediatamente, cogió la banda y se la colocó en la frente, con el número siete inscrito en ella.
Seguidamente, el anciano continuó con la explicación del funcionamiento del torneo, algo bastante clásico, pero rápido, al fin y al cabo tampoco podían tirarse todo el día allí, por lo que Riko supo desde el primer momento que tendría que reservarse en los primeros combates, si llegaba a la final y llegaba exhausto no le serviría de nada.
-Ahora necesitaría una mano inocente que vaya extrayendo las bolas...
Siendo sinceros, no muchos de los que se encontraban allí tenían pinta de ser ''inocentes'', por lo que no se fiaba demasiado de lo que pudiera salir, pero de repente apareció una muchacha pelirroja, verdaderamente guapa. Riko se quedó por unos instantes en blanco, centrando toda su atención en aquella joven, ni si quiera escuchó lo que dijo.
-Muy bien pues, mi nieta hará las extracciones, no creo que haya inconveniente.
Rápidamente en sorteo comenzó y se iba apuntando en la pizarra el resultado, a Riko le costaba ver, puesto que había un montón de gente delante, por lo que esperó pacientemente para poder acercarse a la pizarra y ver cual era el cuadro del torneo.
Una vez todos los futuros combatientes habían entrado en el lugar que les correspondía Riko comenzó a tratar de analizar cuidadosamente a cada uno. Era una tarea complicada, pues eran bastantes y cada uno era completamente diferente al anterior, por lo que, rápidamente desechó la idea de intentar analizarlos y se limitó a observar. No tardó mucho en descubrir cuáles eran con los que no quería pelear.
De repente, una voz se hizo destacar entre el murmullo que había.
-Por pafor, damas y caballeros, os ruego silencio. Por favor...muy bien. Bienvenidos a todos a la arena sangrienta. ¡Por favor silencio!... Y tal y como el anciano pidió, se hizo el silencio. -Mi nombre es Makoto Ren, y no os preocupéis algunos por el nombre de nuestro seguro evento, como combatientes que sois, debéis saber que a veces suele haber un poco de sangre pero disponemos de un diligente servicio de asistencia.
Aquellas palabras tranquilizaron a alguno de los combatientes que parecía más nervioso. Rápidamente el anciano comenzó a explicar como se haría el sorteo de los combates, comenzando por repartir unas bandas con números que los dos hombretones que tenía al lado comenzaron a repartir, una para cada participante.
-Coloquesela Combatiente-san.
Riko obedeció inmediatamente, cogió la banda y se la colocó en la frente, con el número siete inscrito en ella.
Seguidamente, el anciano continuó con la explicación del funcionamiento del torneo, algo bastante clásico, pero rápido, al fin y al cabo tampoco podían tirarse todo el día allí, por lo que Riko supo desde el primer momento que tendría que reservarse en los primeros combates, si llegaba a la final y llegaba exhausto no le serviría de nada.
-Ahora necesitaría una mano inocente que vaya extrayendo las bolas...
Siendo sinceros, no muchos de los que se encontraban allí tenían pinta de ser ''inocentes'', por lo que no se fiaba demasiado de lo que pudiera salir, pero de repente apareció una muchacha pelirroja, verdaderamente guapa. Riko se quedó por unos instantes en blanco, centrando toda su atención en aquella joven, ni si quiera escuchó lo que dijo.
-Muy bien pues, mi nieta hará las extracciones, no creo que haya inconveniente.
Rápidamente en sorteo comenzó y se iba apuntando en la pizarra el resultado, a Riko le costaba ver, puesto que había un montón de gente delante, por lo que esperó pacientemente para poder acercarse a la pizarra y ver cual era el cuadro del torneo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»