18/11/2016, 20:34
Antes de responder cualquier pregunta, el de ojos dispares sujeto a su compañero por el cuello de la camisa y comenzó a zarandearlo mientras le recriminaba por una lista de quejas que parecía interminable. Kazuma abordó la posibilidad de interrumpirlo en algún momento, pero las cosas que decía le sonaban como algo bastante cierto. Lo único que pudo hacer fue quedarse en silencio mientras miraba apaciblemente a un muy enojado Tatsuya.
—No sé qué hacer...— Dijo sollozando.
Kazuma se limitó a subir los hombros en una simple señal de incomprensión. No podía entender del todo la crisis por la que estaba pasando el pelinegro, pero era consciente de que probablemente no se le pasaría en un buen rato, quizás hasta que tuviera su ninjato de nuevo consigo.
—Lo único que podemos hacer es buscar la forma de salir —dijo mientras se sentaba con las piernas cruzadas y con las manos sobre las rodillas—. Lo primero es evaluar la situación y determinar hacia dónde y como movernos.
«Veamos —comenzó mentalmente—. A juzgar por el lugar desde el cual nos arrojaron, yo diría que estamos en el punto medio del cañón, por lo que cualquier dirección que tomemos estará bien. El otro problema es que no podemos usar chakra, por lo que tendremos que andarnos con sumo cuidado.»
También considero lo peligroso que sería el quedarse en un solo sitio, no solo porque aquello impediría el que encontrarán una salida, sino que también por el hecho de que estarse quieto era lo mismo que servirse en bandeja de plata a cualquier posible depredador que pudiese habitar en aquellas profundidades.
—Vamos, Tatsuya —Se le notaba tan calmado como siempre—, si queremos recuperar nuestras espadas no podemos perder el tiempo con lamentaciones.
—No sé qué hacer...— Dijo sollozando.
Kazuma se limitó a subir los hombros en una simple señal de incomprensión. No podía entender del todo la crisis por la que estaba pasando el pelinegro, pero era consciente de que probablemente no se le pasaría en un buen rato, quizás hasta que tuviera su ninjato de nuevo consigo.
—Lo único que podemos hacer es buscar la forma de salir —dijo mientras se sentaba con las piernas cruzadas y con las manos sobre las rodillas—. Lo primero es evaluar la situación y determinar hacia dónde y como movernos.
«Veamos —comenzó mentalmente—. A juzgar por el lugar desde el cual nos arrojaron, yo diría que estamos en el punto medio del cañón, por lo que cualquier dirección que tomemos estará bien. El otro problema es que no podemos usar chakra, por lo que tendremos que andarnos con sumo cuidado.»
También considero lo peligroso que sería el quedarse en un solo sitio, no solo porque aquello impediría el que encontrarán una salida, sino que también por el hecho de que estarse quieto era lo mismo que servirse en bandeja de plata a cualquier posible depredador que pudiese habitar en aquellas profundidades.
—Vamos, Tatsuya —Se le notaba tan calmado como siempre—, si queremos recuperar nuestras espadas no podemos perder el tiempo con lamentaciones.