21/11/2016, 19:39
—Ohhh, ¿serás mi psicólogo personal?— Respondió con un inusual tono de sarcasmo.
Tatsuya no es muy de bromear, de hecho detesta las bromas. Pero en ese estado por alguna razón le había agarrado por soltar malos chistes. Tampoco pensaba en lo que le convenía y lo que no, pero no había donde desahogar aquella desesperación. Sólo el poder acariciar nuevamente el filo de una hoja de metal y sentir la fineza del trabajo artesanal podría devolverle la anhelada tranquilidad a su miserable ser.
—¿Ahora si quieres arreglarlo todo ehh?, mis problemas son mis problemas y aunque te los explicara no me entenderías, especialmente TÚ— Levantó la mano derecha, señalándolo con el dedo índice.
La verdad, es que sí quería hablar, si quería desahogarse de todo. Pero en un momento de orgullo (o de estupidez, que para el caso es lo mismo) se puso terco, terminó cruzándose de brazos y decidió caminar por la cueva, no sabía ni a donde iba, pero pensaba que cualquier lugar donde no tuviera que soportar la "tranquilidad" de Kazuma. En condiciones normales le agradaba, pero en ese momento no podía tolerarlo.
"¿Como hace para estar tan tranquilo en una situación como esta?, de hecho, ya ni siquiera recuerdo cómo fue que terminé metido en esto. Oh claro ya recordé, el maldito metal. Ahhgg, ¿acaso no puedo ir en paz a ningún lado sin que tenga que poner mi cuello en peligro?, porque parece que hice algo malo en otra vida para que el karma me trate así. Juro que le romperé la jeta a ese par de de hijos de perra. Para colmo no sé ni porqué me falta chakra, así que no sé como subiré en caso de necesitar escalar... Argghhhhhhhh estoy en la mierda"
Hacía varios gestos con las manos mientras realizaba su monólogo interno.
Tatsuya no es muy de bromear, de hecho detesta las bromas. Pero en ese estado por alguna razón le había agarrado por soltar malos chistes. Tampoco pensaba en lo que le convenía y lo que no, pero no había donde desahogar aquella desesperación. Sólo el poder acariciar nuevamente el filo de una hoja de metal y sentir la fineza del trabajo artesanal podría devolverle la anhelada tranquilidad a su miserable ser.
—¿Ahora si quieres arreglarlo todo ehh?, mis problemas son mis problemas y aunque te los explicara no me entenderías, especialmente TÚ— Levantó la mano derecha, señalándolo con el dedo índice.
La verdad, es que sí quería hablar, si quería desahogarse de todo. Pero en un momento de orgullo (o de estupidez, que para el caso es lo mismo) se puso terco, terminó cruzándose de brazos y decidió caminar por la cueva, no sabía ni a donde iba, pero pensaba que cualquier lugar donde no tuviera que soportar la "tranquilidad" de Kazuma. En condiciones normales le agradaba, pero en ese momento no podía tolerarlo.
"¿Como hace para estar tan tranquilo en una situación como esta?, de hecho, ya ni siquiera recuerdo cómo fue que terminé metido en esto. Oh claro ya recordé, el maldito metal. Ahhgg, ¿acaso no puedo ir en paz a ningún lado sin que tenga que poner mi cuello en peligro?, porque parece que hice algo malo en otra vida para que el karma me trate así. Juro que le romperé la jeta a ese par de de hijos de perra. Para colmo no sé ni porqué me falta chakra, así que no sé como subiré en caso de necesitar escalar... Argghhhhhhhh estoy en la mierda"
Hacía varios gestos con las manos mientras realizaba su monólogo interno.