22/11/2016, 12:17
Muy a pesar de Yoshimitsu, el ambiente se había vuelto un poco bastante tenso. Una situación que trató de enmendar con un inútil intento de soborno que no llegó a ninguna parte, además confirmó la verdadera intención del matón.
Cualquier cosa con tal de quitarme de encima aquel sucio matón de tres al cuarto Pero no funcionó. El líder bandido no quería otra cosa más que matarme ¿Y por qué? Pues no había otra razón más que era un mal perdedor. Y ahora era "yo" quién tenía que padecerlo, pues no hacía falta decir que era insufrible.
Tanto griterío y vocerío provocó que la Kunoichi de Amegakure se tambaleara con un claro gesto de molestia y dolor a partes iguales, que trató de apaciguar la ira desbocada del gigante con un débil.
—Tshhhh... tsh... tshhhh-shhh. TSHH! — Que pasó totalmente desapercibido por el duelo de miradas que estábamos manteniendo.
Sin embargo, en el breve transcurso de efímera paz que hubo cuando le respondí al grandullón que no sabía a ciencia cierta dónde podría estar Uchiha Tomoe, en ese instante en el que el grandullón trataba de contener su ira. La kunoichi de Ame volvió a hablar, a lo que a mi me pareció la mar de gracioso, eso sí, supe contener la compostura y no reírme por aquello.
¿Te quie´re callá? —Soltó de pronto, así, con toda la seriedad del mundo. —Que me duere la cabesa... TSH!
El gigante volvió a centrar la mirada en la chica rechinando los dientes con tanta fuerza, que parecía que iba a perder toda su dentadura.
-Veo que no estás solo como de costumbre, agradezco que me hayas traído algo de diversión. Cuando acabe contigo daré rienda suelta a mi libido con tu nueva amiga. Y veo que está borracha, mejor para ella, así no le dolera...no tanto... Dijo con mirada lasciva, mientras se frotaba las manos con indecencia.
Miré al líder bandido con desprecio. -¿No te han dicho que eres un monstruo?
No había alternativa, ese ser despreciable tenía que desaparecer de la faz de la tierra. Un verdadero monstruo con incontables muertes de gente inocente en sus espaldas. No sabía si podría contra él, pero daría todo mi empeño por liquidarlo de una vez por todas. Lamentándome por haberlo dejado escapar la última vez, por lo menos se veía algo lastimado, estaba claro que no estaría en plenas facultades.
El matón se rió. -¡Oh si! ¡Me lo han dicho muchas veces! Y en tu caso, serán tus ultimas palabras. Terminó aquella frase poniéndose en guardia, en pose de combate, como haría un buen Taijutsero.
Clavó su pierna derecha por delante de su izquierda, puso su cuerpo hacía el frente y adelantó su brazo derecho hacía arriba, protegiendo su cara.
De repente por mi parte, realicé un singular sello con las manos y ¡PUFF! una densa nube de tinta negra invadió la zona con rápidez.
-Ese truco no te va a servir. Sentenció el gorila. -¡Huelo tu miedo!
Cualquier cosa con tal de quitarme de encima aquel sucio matón de tres al cuarto Pero no funcionó. El líder bandido no quería otra cosa más que matarme ¿Y por qué? Pues no había otra razón más que era un mal perdedor. Y ahora era "yo" quién tenía que padecerlo, pues no hacía falta decir que era insufrible.
Tanto griterío y vocerío provocó que la Kunoichi de Amegakure se tambaleara con un claro gesto de molestia y dolor a partes iguales, que trató de apaciguar la ira desbocada del gigante con un débil.
—Tshhhh... tsh... tshhhh-shhh. TSHH! — Que pasó totalmente desapercibido por el duelo de miradas que estábamos manteniendo.
Sin embargo, en el breve transcurso de efímera paz que hubo cuando le respondí al grandullón que no sabía a ciencia cierta dónde podría estar Uchiha Tomoe, en ese instante en el que el grandullón trataba de contener su ira. La kunoichi de Ame volvió a hablar, a lo que a mi me pareció la mar de gracioso, eso sí, supe contener la compostura y no reírme por aquello.
¿Te quie´re callá? —Soltó de pronto, así, con toda la seriedad del mundo. —Que me duere la cabesa... TSH!
El gigante volvió a centrar la mirada en la chica rechinando los dientes con tanta fuerza, que parecía que iba a perder toda su dentadura.
-Veo que no estás solo como de costumbre, agradezco que me hayas traído algo de diversión. Cuando acabe contigo daré rienda suelta a mi libido con tu nueva amiga. Y veo que está borracha, mejor para ella, así no le dolera...no tanto... Dijo con mirada lasciva, mientras se frotaba las manos con indecencia.
Miré al líder bandido con desprecio. -¿No te han dicho que eres un monstruo?
No había alternativa, ese ser despreciable tenía que desaparecer de la faz de la tierra. Un verdadero monstruo con incontables muertes de gente inocente en sus espaldas. No sabía si podría contra él, pero daría todo mi empeño por liquidarlo de una vez por todas. Lamentándome por haberlo dejado escapar la última vez, por lo menos se veía algo lastimado, estaba claro que no estaría en plenas facultades.
El matón se rió. -¡Oh si! ¡Me lo han dicho muchas veces! Y en tu caso, serán tus ultimas palabras. Terminó aquella frase poniéndose en guardia, en pose de combate, como haría un buen Taijutsero.
Clavó su pierna derecha por delante de su izquierda, puso su cuerpo hacía el frente y adelantó su brazo derecho hacía arriba, protegiendo su cara.
De repente por mi parte, realicé un singular sello con las manos y ¡PUFF! una densa nube de tinta negra invadió la zona con rápidez.
-Ese truco no te va a servir. Sentenció el gorila. -¡Huelo tu miedo!