24/11/2016, 21:42
Como siempre, cuando uno se enfada por algo el contrario tiene que darse el lujo de valorar los motivos del enfado. En este caso, el chico afirmaba que aquello que le habían hecho no era un buen motivo para tener unas ganas terribles de darles una paliza a ambos pero es que no se sentaban a analizar las cosas. ~Claro que sí, tengo que enojarme por lo que tú digas y ya, ¿verdad? ~Pensaba la chica que estaba a punto de hacer rechinar los dientes.
—¿Y tú vas a decirme bajo qué condiciones puedo o no ofenderme? ¿Incluso cuando me han robado tan abiertamente…? —Refunfuñaba la kunoichi ignorando totalmente ese pañuelo que le habían ofrecido.
No había nada que le asegurase que todo lo que había pasado era un mero accidente, ni siquiera el comportamiento de Nioi era garantía de ello o que se hayan quedado quietos allí en el medio del bosque, pero tampoco le gustaba nada la idea de que al supuesto shinobi se le ocurriese plantársele de esa manera sin ningún tipo de temor.
—Me imagino que tu perro haría exactamente lo mismo así que el resultado terminaría siendo el mismo. —Hizo una ligera pausa para mirar al animal mencionado con cierto desprecio aunque fue por un instante ya que volvió a mirar al dueño de la misma manera. —Y no pelearé, seguramente terminaría matándote. —Concluyó severa tras guardar el cepillo en el portaobjetos.
Literalmente, todo lo que sabía para defenderse terminaría lastimando considerablemente al chico, es decir, los shurikens, las agujas, la katana o mismo las técnicas de ninjutsu que ella conocía, por lo menos aquellas útiles para una pelea. ~Y luego los de Amegakure me estarán buscando por matarle a un shinobi, si es que lo es realmente. ~Era lo que menos le apetecía, que la estuviesen persiguiendo por algo así.
—¿Y tú vas a decirme bajo qué condiciones puedo o no ofenderme? ¿Incluso cuando me han robado tan abiertamente…? —Refunfuñaba la kunoichi ignorando totalmente ese pañuelo que le habían ofrecido.
No había nada que le asegurase que todo lo que había pasado era un mero accidente, ni siquiera el comportamiento de Nioi era garantía de ello o que se hayan quedado quietos allí en el medio del bosque, pero tampoco le gustaba nada la idea de que al supuesto shinobi se le ocurriese plantársele de esa manera sin ningún tipo de temor.
—Me imagino que tu perro haría exactamente lo mismo así que el resultado terminaría siendo el mismo. —Hizo una ligera pausa para mirar al animal mencionado con cierto desprecio aunque fue por un instante ya que volvió a mirar al dueño de la misma manera. —Y no pelearé, seguramente terminaría matándote. —Concluyó severa tras guardar el cepillo en el portaobjetos.
Literalmente, todo lo que sabía para defenderse terminaría lastimando considerablemente al chico, es decir, los shurikens, las agujas, la katana o mismo las técnicas de ninjutsu que ella conocía, por lo menos aquellas útiles para una pelea. ~Y luego los de Amegakure me estarán buscando por matarle a un shinobi, si es que lo es realmente. ~Era lo que menos le apetecía, que la estuviesen persiguiendo por algo así.