28/11/2016, 18:20
Casualmente aquel día era tan ajetreado como los que últimamente se estaban viendo en su hermosa aldea. Quiso suspirar, pero no pudo hacerlo ya que sería malgastar unos valiosos segundos de hacer su tan querido trabajo. Así que cuando se dispuso a despedir a la persona número catorce de aquel día, otra mujer apareció en su mostrador.
— Buenos días, me gustaría ver al Kawakage para solicitar una misión.
El secretario la miró de arriba a abajo y sintió que se enamoraba por enésima vez aquel día, y es que, ¿por qué las chicas de Takigakure eran tan preciosas? Tragó grueso y disipó aquellos pensamientos para luego imitar a la rubia poniendo su mejor sonrisa. No tenía que olvidar que había que atender a las personas con una buena sonrisa, como a él le gustaría que le atendiesen.
Lástima que no fuese él el que pedía la misión.
— Buenos días. — Saludó de forma cordial. — Lamento informarle que el Kawakage está muy ocupado en estos momentos, por lo que no podrá atenderla de inmediato; sin embargo tengo una lista de misiones que necesitan ser ocupadas lo antes posible. — Informó con el mismo tono formal. — Así que si no le importa decirme su nombre, podemos buscar una misión adecuada para usted.
Se sentía bastante mal porque el propio Yubiwa en persona le había pedido que no fuese molestado en todo el día por asuntos de máxima importancia y que necesitaban ser revisados de inmediato, así que con ojos cansados y su sonrisa impecable, miró a la joven esperando una respuesta.
— Buenos días, me gustaría ver al Kawakage para solicitar una misión.
El secretario la miró de arriba a abajo y sintió que se enamoraba por enésima vez aquel día, y es que, ¿por qué las chicas de Takigakure eran tan preciosas? Tragó grueso y disipó aquellos pensamientos para luego imitar a la rubia poniendo su mejor sonrisa. No tenía que olvidar que había que atender a las personas con una buena sonrisa, como a él le gustaría que le atendiesen.
Lástima que no fuese él el que pedía la misión.
— Buenos días. — Saludó de forma cordial. — Lamento informarle que el Kawakage está muy ocupado en estos momentos, por lo que no podrá atenderla de inmediato; sin embargo tengo una lista de misiones que necesitan ser ocupadas lo antes posible. — Informó con el mismo tono formal. — Así que si no le importa decirme su nombre, podemos buscar una misión adecuada para usted.
Se sentía bastante mal porque el propio Yubiwa en persona le había pedido que no fuese molestado en todo el día por asuntos de máxima importancia y que necesitaban ser revisados de inmediato, así que con ojos cansados y su sonrisa impecable, miró a la joven esperando una respuesta.
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