29/11/2016, 14:40
El gusto es mío, Noemi-san.
Contestó a las palabras de la muchacha siguiendo las normas no escritas de etiqueta, aunque quien sabe, a lo mejor estaban escritas en algún lado y el muchacho no habría llegado a leerlas aún.
Oh vamos... ¿Qué son esas miradas? ¡Algunos de ellos incluso están acompañados por una mujer!
Pensaba para si mismo mientras llevaba su mirada hacía el mostrador para ver si aparecía el mesero con su orden, en el proceso tendría una buena vista de las miradas que presionaban en su dirección, algunos parecían mirar a la bella muchacha y otros parecían mirar al joven médico. Probablemente si llegaba a llamrle la atención a alguno de esos tantos que miraban hacía su mesa terminaría armando toda una escena.
Será mejor ignorarlos...
Concluyó interiormente.
Si, estoy viajando solo. Estaré un par de días por aquí y después seguiré mi camino un poco mas al norte.
Comentó en respuesta a la interrogante de la muchacha de la melena dorada. A lo mejor le había entregado mas información de lo que le podría haber llegado interesar pero en pos de evitar que el silencio se hiciese dueño de la mesa, un comentario como el suyo sería adecuado para evitar que la charla se cortase.
¿Vino sin compañía también a Tane-Shigai, Noemi-san?
Devolvió la pregunta llevando su mirada hacía la apertura del local para volver a apreciar la bella postal que ofrecía desde aquella altura.
Contestó a las palabras de la muchacha siguiendo las normas no escritas de etiqueta, aunque quien sabe, a lo mejor estaban escritas en algún lado y el muchacho no habría llegado a leerlas aún.
Oh vamos... ¿Qué son esas miradas? ¡Algunos de ellos incluso están acompañados por una mujer!
Pensaba para si mismo mientras llevaba su mirada hacía el mostrador para ver si aparecía el mesero con su orden, en el proceso tendría una buena vista de las miradas que presionaban en su dirección, algunos parecían mirar a la bella muchacha y otros parecían mirar al joven médico. Probablemente si llegaba a llamrle la atención a alguno de esos tantos que miraban hacía su mesa terminaría armando toda una escena.
Será mejor ignorarlos...
Concluyó interiormente.
Si, estoy viajando solo. Estaré un par de días por aquí y después seguiré mi camino un poco mas al norte.
Comentó en respuesta a la interrogante de la muchacha de la melena dorada. A lo mejor le había entregado mas información de lo que le podría haber llegado interesar pero en pos de evitar que el silencio se hiciese dueño de la mesa, un comentario como el suyo sería adecuado para evitar que la charla se cortase.
¿Vino sin compañía también a Tane-Shigai, Noemi-san?
Devolvió la pregunta llevando su mirada hacía la apertura del local para volver a apreciar la bella postal que ofrecía desde aquella altura.