31/05/2015, 23:29
(Última modificación: 31/05/2015, 23:42 por Hanamura Kazuma.)
Era una tarde calurosa, típica de las regiones del sur en época de verano, tal como lo era el país del fuego y su capital Tanzaku Gai. Pero a pesar del cálido clima la ciudad se encontraba animada y rebosante de actividad. Probablemente porque dentro de sus muros no se encontraba el señor feudal del fuego, ya que este se encontraba de viaje. Cuando pasaba eso, se tenía por costumbre montar un pequeño festival para darle la bienvenida luego de sus largos periplos de negocios.
—¡Wow Mizuki! Debo admitir que me sorprende que convencieras al viejo de que nos permitiera un viaje de esparcimiento —aseguro con bastante asombro el peliblanco—. Pero de tantos lugares posibles ¿por qué la capital del fuego?
—En realidad no es nada Kōtetsu-sama, después de tanto viajar por negocios, es normal que nos tomemos un tiempo solo para nosotros —aseguro ella, mientras cruzaban la entrada principal de la ciudad—. Y he escogido esta ciudad porque tengo muy buenos recuerdo de ella.
Mientras el Ishimura y su acompañante caminaban por la calle principal, se pudieron percatar de lo realmente viva que estaba la ciudad. Todos parecían estar haciendo algo divertido, mientras variedad de personas entraban y salían de los casinos o clubes, que parecían estar en cada esquina de aquella localidad. Pero ese tipo de locales no eran los únicos presentes. La gente de aquel sitio estaba adaptada a esa clase de vida, y sabían que luego de una noche entre apuestas y fiestas, la gente querría recuperar sus fuerzas ya fuese comiendo o durmiendo. Por eso lo otro que mas abundaba eran negocios de comida y casas de hospedajes. Aquel era el típico lugar del cual te ibas sin un centavo.
—Este lugar es muy animado y todo, pero me da la impresión de que es un ambiente más apto para adultos —expreso el peliblanco mientras pasaban e iban dejando atrás el distrito rojo— ¿Hay algún lugar en el que un chico pueda pasar un rato tranquilo?
—Mi Kōtetsu-sama… La verdad es que quería enseñarle muchos lugares, después de todo ahora pasamos muy poco tiempo de calidad juntos —dijo con cierto pesar—. Pero por desgracia tengo algunas cosas que hacer, sin embargo conozco un lugar donde podría disfrutar de tranquilidad mientras termino mis asuntos.
—En la zona este de la villa, hay un excelente restaurante familiar, el dueño es un viejo amigo mío, llévele esto y dígale que va de mi parte —aseguro aquello mientras le entregaba un paquete, y se preparaba para marcharse Por favor tenga cuidado por el camino Kotetsu-sama.
—Y una cosa más. Si llegara a toparse con alguna zorra… Quiero decir “Dama de compañía” por favor ignórela y siga su camino —eso ultimo lo dijo con una expresión que denotaba un poco de preocupación y amenaza.
—Vale lo tendré en cuenta Mizuki —dijo mientras se despedía y empezaba su caminar—. Bien, ahora veamos como llego a aquel restaurante.
—¡Wow Mizuki! Debo admitir que me sorprende que convencieras al viejo de que nos permitiera un viaje de esparcimiento —aseguro con bastante asombro el peliblanco—. Pero de tantos lugares posibles ¿por qué la capital del fuego?
—En realidad no es nada Kōtetsu-sama, después de tanto viajar por negocios, es normal que nos tomemos un tiempo solo para nosotros —aseguro ella, mientras cruzaban la entrada principal de la ciudad—. Y he escogido esta ciudad porque tengo muy buenos recuerdo de ella.
Mientras el Ishimura y su acompañante caminaban por la calle principal, se pudieron percatar de lo realmente viva que estaba la ciudad. Todos parecían estar haciendo algo divertido, mientras variedad de personas entraban y salían de los casinos o clubes, que parecían estar en cada esquina de aquella localidad. Pero ese tipo de locales no eran los únicos presentes. La gente de aquel sitio estaba adaptada a esa clase de vida, y sabían que luego de una noche entre apuestas y fiestas, la gente querría recuperar sus fuerzas ya fuese comiendo o durmiendo. Por eso lo otro que mas abundaba eran negocios de comida y casas de hospedajes. Aquel era el típico lugar del cual te ibas sin un centavo.
—Este lugar es muy animado y todo, pero me da la impresión de que es un ambiente más apto para adultos —expreso el peliblanco mientras pasaban e iban dejando atrás el distrito rojo— ¿Hay algún lugar en el que un chico pueda pasar un rato tranquilo?
—Mi Kōtetsu-sama… La verdad es que quería enseñarle muchos lugares, después de todo ahora pasamos muy poco tiempo de calidad juntos —dijo con cierto pesar—. Pero por desgracia tengo algunas cosas que hacer, sin embargo conozco un lugar donde podría disfrutar de tranquilidad mientras termino mis asuntos.
—En la zona este de la villa, hay un excelente restaurante familiar, el dueño es un viejo amigo mío, llévele esto y dígale que va de mi parte —aseguro aquello mientras le entregaba un paquete, y se preparaba para marcharse Por favor tenga cuidado por el camino Kotetsu-sama.
—Y una cosa más. Si llegara a toparse con alguna zorra… Quiero decir “Dama de compañía” por favor ignórela y siga su camino —eso ultimo lo dijo con una expresión que denotaba un poco de preocupación y amenaza.
—Vale lo tendré en cuenta Mizuki —dijo mientras se despedía y empezaba su caminar—. Bien, ahora veamos como llego a aquel restaurante.