1/12/2016, 06:17
La situación no mejoraba y cada uno tenía sus buenos planteos, pero así mismo ninguno de los dos estaba equivocado por lo que nunca terminarían a no ser que alguno se quede sin paciencia y golpee al otro.
—Claro que lo estaría. —Respondió muy tranquilo el grandote que poco después soltó una risilla burlona. —Pero daría mucho que pensar teniendo una compañía como la que tienes. —Agregó con toda la intención de burlarse del joven genin que había errado en ese preciso instante.
~No tienes que preguntar, imbécil. ~Pensaba la Senju que ya estaba presionándose el puente de la nariz, justo al final entre sus ojos para intentar recuperar parte de la paciencia perdida. ~Siempre te responderán lo contrario de lo que quieres aunque sea una estupidez. ~Pero claro, los pensamientos de la rubia no dejarían de ser eso, un mero pensamiento que nadie escucharía.
De todas maneras, Noemi harta de aquella escenita decidió levantarse y por mera casualidad de la vida se topó con ese único empleado que seguía haciendo su trabajo y al cual terminaría recurriendo para no perder más tiempo allí.
—Cancelen mi orden, me iré ahora. —Dijo en el tono más formal que pudo concebir en aquella situación y ante el gesto afirmativo del contrario sencillamente se dirigió a la puerta de entrada.
Con un poco de suerte ella seguiría desaparecida ante la vista de todos los clientes, incluido el tal Mogura y el hombre contra el que decidió arremeter. ~¿Qué se supone que les enseñan a los de Ame…? ~Se cuestionaba en su cabeza sin dejar de avanzar en torno a la salida de aquel local.
—Claro que lo estaría. —Respondió muy tranquilo el grandote que poco después soltó una risilla burlona. —Pero daría mucho que pensar teniendo una compañía como la que tienes. —Agregó con toda la intención de burlarse del joven genin que había errado en ese preciso instante.
~No tienes que preguntar, imbécil. ~Pensaba la Senju que ya estaba presionándose el puente de la nariz, justo al final entre sus ojos para intentar recuperar parte de la paciencia perdida. ~Siempre te responderán lo contrario de lo que quieres aunque sea una estupidez. ~Pero claro, los pensamientos de la rubia no dejarían de ser eso, un mero pensamiento que nadie escucharía.
De todas maneras, Noemi harta de aquella escenita decidió levantarse y por mera casualidad de la vida se topó con ese único empleado que seguía haciendo su trabajo y al cual terminaría recurriendo para no perder más tiempo allí.
—Cancelen mi orden, me iré ahora. —Dijo en el tono más formal que pudo concebir en aquella situación y ante el gesto afirmativo del contrario sencillamente se dirigió a la puerta de entrada.
Con un poco de suerte ella seguiría desaparecida ante la vista de todos los clientes, incluido el tal Mogura y el hombre contra el que decidió arremeter. ~¿Qué se supone que les enseñan a los de Ame…? ~Se cuestionaba en su cabeza sin dejar de avanzar en torno a la salida de aquel local.