2/12/2016, 00:09
Por suerte para todos en el local el samurái no volvió a recurrir a esos cumplidos de obrero a la hora de dirigirse a la kunoichi, siquiera pareció haberse percatado de su presencia allí por lo que todo iría silencioso tal y como ella quería mientras cruzaba la bendita puerta sin ningún problema. ~La posada no quedaba muy lejos. ~Pensaba mientras formaba un mapa mental del circuito que había recorrido para llegar al local en el que se encontraba actualmente.
Sin más dilaciones y puesto que iba totalmente sola, comenzó la caminata rumbo al lugar donde se hospedaba momentáneamente, con un poco de suerte llegaría y muy probablemente ese mismo día tomaría un tren de regreso a Takigakure puesto que en esa ciudad no había nada realmente bueno para Noemi, o por lo menos las situaciones que se vio obligada a experimentar fueron de todo menos agradables para ella.
Pero mientras deambulaba por la calle siguiendo un objetivo más que claro, una grito la hizo frenarse en seco al mismo tiempo en que un escalofrío bastante fuerte le subía desde los pies hasta la cabeza. —¡Noemi-san! —Le costó lo suyo a la rubia no salir corriendo en ese preciso instante pero en su lugar muy lentamente se fue volteando con una expresión casi de terror.
—¿Qué…? —Soltaría la Senju con los dedos cruzados detrás suyo, rezando a cuanto dios recordase solo para pedir que con Mogura no le lleguen más problemas.
No, no le había caído nada bien el de Ame y tampoco le agradaba la idea de tenerle cerca por mucho tiempo más, pero con un poco de suerte todo se terminaría relativamente rápido y cada uno iría a lo suyo. ~Espero que no sea un acosador o se me complicará volver a la aldea. ~Pensaba la kunoichi mientras esperaba pacientemente a que el azabache dijese algo que sonase bien a sus oídos.
Sin más dilaciones y puesto que iba totalmente sola, comenzó la caminata rumbo al lugar donde se hospedaba momentáneamente, con un poco de suerte llegaría y muy probablemente ese mismo día tomaría un tren de regreso a Takigakure puesto que en esa ciudad no había nada realmente bueno para Noemi, o por lo menos las situaciones que se vio obligada a experimentar fueron de todo menos agradables para ella.
Pero mientras deambulaba por la calle siguiendo un objetivo más que claro, una grito la hizo frenarse en seco al mismo tiempo en que un escalofrío bastante fuerte le subía desde los pies hasta la cabeza. —¡Noemi-san! —Le costó lo suyo a la rubia no salir corriendo en ese preciso instante pero en su lugar muy lentamente se fue volteando con una expresión casi de terror.
—¿Qué…? —Soltaría la Senju con los dedos cruzados detrás suyo, rezando a cuanto dios recordase solo para pedir que con Mogura no le lleguen más problemas.
No, no le había caído nada bien el de Ame y tampoco le agradaba la idea de tenerle cerca por mucho tiempo más, pero con un poco de suerte todo se terminaría relativamente rápido y cada uno iría a lo suyo. ~Espero que no sea un acosador o se me complicará volver a la aldea. ~Pensaba la kunoichi mientras esperaba pacientemente a que el azabache dijese algo que sonase bien a sus oídos.