3/12/2016, 01:46
—¿Me estás escuchando?, ¡dije que me sueltes!— Gruñó, pero no hubo respuesta alguna.
Siguió forcejeando, aunque la verdad no tenía fuerzas para soltarse. Usar otra técnica ahora sería suicidio. Por ratos hasta rodaba por el piso sin ningún motivo, simplemente porque no deseaba quedarse quieto. Entre el dolor y el mal olor se revolcaba sin prestar atención a la corriente de aire. Se arrastró como pudo, intentando patalear y avanzar, pero apenas si logró arrimarse a la pared. En un momento dado, se resignó a quedarse echado en el suelo.
"¿Qué pretende?"
Por un rato se quedó descansando de manera forzosa, sin saber a ciencia cierta a dónde se había ido su compañero. Sintió la tenue brisa, extrañándose justamente por el hecho de que hubiera brisa. Pero no podía investigar de donde provenía por el mismo hecho que seguía maniatado. Se sentía como un perfecto inútil, como un perdedor al no poder afrontar la situación, aunque pronto, esa era la menor de sus preocupaciones.
—Oeh Kazuma, esto no es gracioso— Dijo con la voz temblorosa al darse cuenta de la situación en la que se encontraba.
Si hubiera luz, se habría podido ver como sus ojos se movían de un lado a otro tratando de localizar alguna silueta en la oscuridad. Empezó a sudar por el nerviosismo. Antes quería estar solo, pero ahora era lo último que deseaba en esta tierra. Su respiración se agitaba, ¿sería posible qué?...
"Acaso, ¿me ha abandonado a mi suerte?"
La simple idea le aterraba.
—¡Oeeehhhhh!, ¡Kazuma!, ¡Kaaaaaaazuuuuumaaaa!— Gritaba algo lloroso.
Siguió forcejeando, aunque la verdad no tenía fuerzas para soltarse. Usar otra técnica ahora sería suicidio. Por ratos hasta rodaba por el piso sin ningún motivo, simplemente porque no deseaba quedarse quieto. Entre el dolor y el mal olor se revolcaba sin prestar atención a la corriente de aire. Se arrastró como pudo, intentando patalear y avanzar, pero apenas si logró arrimarse a la pared. En un momento dado, se resignó a quedarse echado en el suelo.
"¿Qué pretende?"
Por un rato se quedó descansando de manera forzosa, sin saber a ciencia cierta a dónde se había ido su compañero. Sintió la tenue brisa, extrañándose justamente por el hecho de que hubiera brisa. Pero no podía investigar de donde provenía por el mismo hecho que seguía maniatado. Se sentía como un perfecto inútil, como un perdedor al no poder afrontar la situación, aunque pronto, esa era la menor de sus preocupaciones.
—Oeh Kazuma, esto no es gracioso— Dijo con la voz temblorosa al darse cuenta de la situación en la que se encontraba.
Si hubiera luz, se habría podido ver como sus ojos se movían de un lado a otro tratando de localizar alguna silueta en la oscuridad. Empezó a sudar por el nerviosismo. Antes quería estar solo, pero ahora era lo último que deseaba en esta tierra. Su respiración se agitaba, ¿sería posible qué?...
"Acaso, ¿me ha abandonado a mi suerte?"
La simple idea le aterraba.
—¡Oeeehhhhh!, ¡Kazuma!, ¡Kaaaaaaazuuuuumaaaa!— Gritaba algo lloroso.