3/12/2016, 17:25
—¿Te pasaste la vida en tu aldea…? —Preguntó casi con desprecio ante aquel primer comentario.
No le estaba agradando para nada la actitud despreocupada del chico que no parecía consciente del peligro que habían corrido sin motivo aparente, después de todo ese error que él había cometido les podría haber costado algo más que un par de ryos o ese pergamino raro que el de Ame decidió mostrar. A saber por qué si al final de cuentas a los tipos esos seguramente no les interesaba en lo más mínimo a no ser que tuviese relación con algún depósito de dinero.
—Mira, si pueden o no defenderse contra un par de matones me es indiferente, la cosa es que cualquier día podrías toparte con shinobis desertores que terminarían dándote varias sorpresas. —Explicó la kunoichi volteándose para mirar a la cara a Nioi. —Piensa que el flacucho no se asustó al ver la katana aunque tenía solamente un cuchillo de mierda para defenderse. O sea que algo de manejo de armas pequeñas sabía. —Agregó para reforzar su teoría.
Pero las ideas de la rubia contemplaban muchos más aspectos que los que había mencionado hasta ese momento pero lentamente le iría soltando más y más cuestiones que él debería de haber tenido en cuenta antes de lanzarse como lo había hecho, casi como si le estuviese regañando.
—¡Tampoco puedes dar por sentado que alguno es el líder de la manada! ¡Siquiera decir que es una manada porque no son animales, son personas! —Seguía hablando alzando ligeramente la voz en cada comentario. Pero para decir lo siguiente se acercaría un poco más mirándole claramente enojada. —¿Te crees que una parda de bandidos sin corazón se van a dejar afectar porque uno de los suyos muera? Créeme, he tratado con gente así y el orgullo los puede más que el aprecio que puedan tener por sus colegas.
Y con ello a la mente de la chica venía el recuerdo de lo vivido con Eri, de Uzushiogakure. ~Sí, a ese tipo le dio igual que le dejaran solo e intentó por todos los medios matarnos. ~Lo que terminó en un desastre cuyo recuerdo hizo que Noemi palideciera levemente y suspirara pesadamente, además que su mirada decayó bastante y no se mostraba enojada ni nada, era algo más… Inexpresiva.
—¿Sabes? Haz lo que quieras. —Soltó resignada.
Tras dar la conversación por terminada, la Senju se volteó y se dispuso a retirarse exactamente por donde vino independientemente de si el chico la seguía o no, poco le importaba ya. ~Supongo que con el tiempo irá aprendiendo, hoy tuvo mucha suerte. ~Pensaba la chica mientras caminaba.
No le estaba agradando para nada la actitud despreocupada del chico que no parecía consciente del peligro que habían corrido sin motivo aparente, después de todo ese error que él había cometido les podría haber costado algo más que un par de ryos o ese pergamino raro que el de Ame decidió mostrar. A saber por qué si al final de cuentas a los tipos esos seguramente no les interesaba en lo más mínimo a no ser que tuviese relación con algún depósito de dinero.
—Mira, si pueden o no defenderse contra un par de matones me es indiferente, la cosa es que cualquier día podrías toparte con shinobis desertores que terminarían dándote varias sorpresas. —Explicó la kunoichi volteándose para mirar a la cara a Nioi. —Piensa que el flacucho no se asustó al ver la katana aunque tenía solamente un cuchillo de mierda para defenderse. O sea que algo de manejo de armas pequeñas sabía. —Agregó para reforzar su teoría.
Pero las ideas de la rubia contemplaban muchos más aspectos que los que había mencionado hasta ese momento pero lentamente le iría soltando más y más cuestiones que él debería de haber tenido en cuenta antes de lanzarse como lo había hecho, casi como si le estuviese regañando.
—¡Tampoco puedes dar por sentado que alguno es el líder de la manada! ¡Siquiera decir que es una manada porque no son animales, son personas! —Seguía hablando alzando ligeramente la voz en cada comentario. Pero para decir lo siguiente se acercaría un poco más mirándole claramente enojada. —¿Te crees que una parda de bandidos sin corazón se van a dejar afectar porque uno de los suyos muera? Créeme, he tratado con gente así y el orgullo los puede más que el aprecio que puedan tener por sus colegas.
Y con ello a la mente de la chica venía el recuerdo de lo vivido con Eri, de Uzushiogakure. ~Sí, a ese tipo le dio igual que le dejaran solo e intentó por todos los medios matarnos. ~Lo que terminó en un desastre cuyo recuerdo hizo que Noemi palideciera levemente y suspirara pesadamente, además que su mirada decayó bastante y no se mostraba enojada ni nada, era algo más… Inexpresiva.
—¿Sabes? Haz lo que quieras. —Soltó resignada.
Tras dar la conversación por terminada, la Senju se volteó y se dispuso a retirarse exactamente por donde vino independientemente de si el chico la seguía o no, poco le importaba ya. ~Supongo que con el tiempo irá aprendiendo, hoy tuvo mucha suerte. ~Pensaba la chica mientras caminaba.