La chica caldeó el ambiente en un abrir y cerrar de ojos. Su cuerpo se volvió uno con un torrente de fuego que hasta había hecho desaparecer la nube de humo, tinta, o lo que fuese. Siendo ésta una técnica de lo mas peculiar, el domador de bestias no dudó en soltar un chiste referente a la temperatura. El hombretón, y sospechoso numero uno del incidente con su botella, sin embargo no pareció mermar en ánimos. De pronto, él también realizó una secuencia de sellos y su cuerpo hizo la misma simbiosis que el de la chica, pero con su elemento afín; la tierra. El cuerpo del gigante se cubrió con rocas, arena, y numerosos minerales. En ese mismo instante se jactó de su superioridad, siendo él quien aludía a sus propias palabras de no ser subestimado.
«¿Por qué sabe ninjutsu elemental un tarugo así? ¿Desde cuando los bandidos saben ninjutsu?»
No eran las palabras confusas que pasaban por su mente, pero a fin de cuentas eran esos sus pensamientos. La verdad, había algo ahí que no cuadraba para nada... Por otro lado, ésto solo empeoraba las cosas para la kunoichi, la tierra era un elemento muy resistente, y un elemento muy difícil de demoler. Aunque ella no era cualquier kunoichi, era la diosa del fuego, ni el elemento agua podía resistir sus katones. Sin duda alguna, no sería rival para ella. Al menos no en una situación diferente, mala suerte la de estar medio pedo...
Lentamente avanzó hacia el enorme montón de rocas con forma humanoide, dejando tras de ella una ligera senda de llamas que apenas flagelaban un par de veces antes de extinguirse lejos de su dueña. Curiosamente, la chica parecía estar esquivando ataques, o con alguna extraña estratagema de evasión... o simplemente era incapaz de ir en recto, lo cuál parecía ser lo mas probable. En ese mismo instante, su "compañero" de combate lanzó una replica y un montón de animalejos al ataque. La verdad, el sobrenombre de domador de bestias le venía que ni pintado.
—Capullio... —Alzó de nuevo la voz la chica, a la vez que alzaba su dedo acusador. —O pi-des perdion o te me q-quemo.
La chica lanzó lo que parecía un ultimátum al bandido envuelto en piedras, ante todo la chica parecía estar cabreada. Pero para posible sorpresa del individuo, que andaría a esquive o confrontación con las bestias de tinta así como con el clon del chico, la chica estaba realizando un sello con su otra mano en ese justo instante. —Aaah lamierda!! —Sin aviso previo, hinchó sus pulmones en una intensa inhalación, y la exhaló de golpe en un torrente de aire que tomó la forma de una esfera incandescente. La esfera de fuego recortó las distancias súbitamente, sin dar tiempo alguno a nada de lo que allí se encontraba, aunque lamentablemente no iba del todo encaminada hacia el hombre de roca, si no que se desvió hacia los pies de éste. Podía haber sido intencionado o no, pero posiblemente era consecuencia de la bebida.
Si la vorágine que había cubierto a la chica había sido espectacular, ésto sin duda dejaba a lo anterior a la altura del betún. El fuego no se separó de los labios de la chica en ningún momento de su recorrido a modo de esfera, pero eso no era lo mas sombroso, lo realmente espectacular es que al chocar contra el suelo su adversario no quedaría impune del impacto... la zona de impacto se convirtió en una puerta al mismísimo infierno, y el hombre de roca era el principal invitado. Un pilar de fuego, rocas, y destrucción envolvieron todo hasta convertirse en una esfera de fuego de casi 5 metros a la redonda sobre el lugar del impacto.
La chica terminó la técnica cortando el chorro de fuego de sus labios con su propia mano, bajó el rostro un poco, y alzó la mirada en un torrente de fuego aún mas maquiavelico que el que acababa de provocar. Tras ello se echó hacia detrás el pelo, bueno, el fuego que hacía funciones de ser su larga cabellera.
—Técnica de la Llama Majestuosa —Decoró con palabras casi sobrias a su destacada técnica.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
«¿Por qué sabe ninjutsu elemental un tarugo así? ¿Desde cuando los bandidos saben ninjutsu?»
No eran las palabras confusas que pasaban por su mente, pero a fin de cuentas eran esos sus pensamientos. La verdad, había algo ahí que no cuadraba para nada... Por otro lado, ésto solo empeoraba las cosas para la kunoichi, la tierra era un elemento muy resistente, y un elemento muy difícil de demoler. Aunque ella no era cualquier kunoichi, era la diosa del fuego, ni el elemento agua podía resistir sus katones. Sin duda alguna, no sería rival para ella. Al menos no en una situación diferente, mala suerte la de estar medio pedo...
Lentamente avanzó hacia el enorme montón de rocas con forma humanoide, dejando tras de ella una ligera senda de llamas que apenas flagelaban un par de veces antes de extinguirse lejos de su dueña. Curiosamente, la chica parecía estar esquivando ataques, o con alguna extraña estratagema de evasión... o simplemente era incapaz de ir en recto, lo cuál parecía ser lo mas probable. En ese mismo instante, su "compañero" de combate lanzó una replica y un montón de animalejos al ataque. La verdad, el sobrenombre de domador de bestias le venía que ni pintado.
—Capullio... —Alzó de nuevo la voz la chica, a la vez que alzaba su dedo acusador. —O pi-des perdion o te me q-quemo.
La chica lanzó lo que parecía un ultimátum al bandido envuelto en piedras, ante todo la chica parecía estar cabreada. Pero para posible sorpresa del individuo, que andaría a esquive o confrontación con las bestias de tinta así como con el clon del chico, la chica estaba realizando un sello con su otra mano en ese justo instante. —Aaah lamierda!! —Sin aviso previo, hinchó sus pulmones en una intensa inhalación, y la exhaló de golpe en un torrente de aire que tomó la forma de una esfera incandescente. La esfera de fuego recortó las distancias súbitamente, sin dar tiempo alguno a nada de lo que allí se encontraba, aunque lamentablemente no iba del todo encaminada hacia el hombre de roca, si no que se desvió hacia los pies de éste. Podía haber sido intencionado o no, pero posiblemente era consecuencia de la bebida.
—BOOOM!—
Si la vorágine que había cubierto a la chica había sido espectacular, ésto sin duda dejaba a lo anterior a la altura del betún. El fuego no se separó de los labios de la chica en ningún momento de su recorrido a modo de esfera, pero eso no era lo mas sombroso, lo realmente espectacular es que al chocar contra el suelo su adversario no quedaría impune del impacto... la zona de impacto se convirtió en una puerta al mismísimo infierno, y el hombre de roca era el principal invitado. Un pilar de fuego, rocas, y destrucción envolvieron todo hasta convertirse en una esfera de fuego de casi 5 metros a la redonda sobre el lugar del impacto.
La chica terminó la técnica cortando el chorro de fuego de sus labios con su propia mano, bajó el rostro un poco, y alzó la mirada en un torrente de fuego aún mas maquiavelico que el que acababa de provocar. Tras ello se echó hacia detrás el pelo, bueno, el fuego que hacía funciones de ser su larga cabellera.
—Técnica de la Llama Majestuosa —Decoró con palabras casi sobrias a su destacada técnica.
Estado de Katomi
Vida
130/130
0
–Chakra
95/170
-15 -60
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (4/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
- Makibono (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *