14/12/2016, 18:36
Al espadachín le agradaban los libros sobre temas sobrenaturales, pero esa clase de escritos no solían encontrarse en lugares supuestamente cultos. Así que debía conformarse con lo que tenía a mano, aunque, en un mundo como ese muchas veces la realidad termina superando a la ficción.
El libro narraba historias de hace más de doscientos años, desde los tiempos en que existía la guerra de clanes hasta la era de la fundación de las primeras aldeas shinobis. Aunque muchos fragmentos de esos relatos se perdieron, por lo que las palabras escritas en aquellas hojas eran más las especulaciones de los investigadores junto a teorías de algún escritor. Pero eso no quitaba que hubiera algo de veracidad en ellas. Así; se encontraba sumido en la lectura, acompañado del silencio del lugar hasta que alguien llamó su atención.
—Ola buzko un livro zobre istorya.—
El Takanashi volteó la vista rápidamente, encontrándose con un muchacho de cabellera negra y unos ojos que le recordaban a los suyos por obvias razones.
"Jo, con que así se deben sentir las demás personas al verme"
Aparte de su particular acento, era imposible no notar la heterocromía en los ojos del muchacho, era la primera vez que conocía a alguien con ese mismo rasgo.
—Eto, buenas tardes— Hizo una leve reverencia para saludar —Pues, hay distintos libros en esta sección, ¿buscas alguno en especial?— El no era el bibliotecario para andar atendiendo, pero si podía ayudar nada le impedía hacerlo.
Se fijó en la bandana del chico, indicando que también era un shinobi de Takigakure. No sería raro considerando que estaban en la frontera, pero si ese muchacho no sabía orientarse en la biblioteca significaba que probablemente era alguien que estaba de paso igual que él.
El libro narraba historias de hace más de doscientos años, desde los tiempos en que existía la guerra de clanes hasta la era de la fundación de las primeras aldeas shinobis. Aunque muchos fragmentos de esos relatos se perdieron, por lo que las palabras escritas en aquellas hojas eran más las especulaciones de los investigadores junto a teorías de algún escritor. Pero eso no quitaba que hubiera algo de veracidad en ellas. Así; se encontraba sumido en la lectura, acompañado del silencio del lugar hasta que alguien llamó su atención.
—Ola buzko un livro zobre istorya.—
El Takanashi volteó la vista rápidamente, encontrándose con un muchacho de cabellera negra y unos ojos que le recordaban a los suyos por obvias razones.
"Jo, con que así se deben sentir las demás personas al verme"
Aparte de su particular acento, era imposible no notar la heterocromía en los ojos del muchacho, era la primera vez que conocía a alguien con ese mismo rasgo.
—Eto, buenas tardes— Hizo una leve reverencia para saludar —Pues, hay distintos libros en esta sección, ¿buscas alguno en especial?— El no era el bibliotecario para andar atendiendo, pero si podía ayudar nada le impedía hacerlo.
Se fijó en la bandana del chico, indicando que también era un shinobi de Takigakure. No sería raro considerando que estaban en la frontera, pero si ese muchacho no sabía orientarse en la biblioteca significaba que probablemente era alguien que estaba de paso igual que él.