16/12/2016, 23:42
El Takanashi tardó un poco en entender el extraño acento del chiquillo, pero lo que más lo extraño fue que buscara información sobre la historia del País. Si bien es cierto que durante mucho tiempo la existencia de la aldea se mantuvo en secreto, lo normal sería que los extranjeros no supieran de ella, pero, ¿un shinobi de la propia Takigakure que no conociera sobre el origen de la misma?. Ahí olía a gato encerrado.
—Por aquí debe haber alguno, te ayudaré a buscar si quieres— Le ofreció mientras dejaba el tomo grueso sobre la mesa y se levantaba para ponerse a revisar los estantes.
Ambos ojeaban, pero el otro chico de ojos dispares no parecía demasiado interesado en el tema a pesar de ser él quién indico que buscaba un libro. De pronto mientras examinaban la voz del muchacho llegó a sus oídos, diciéndole su nombre a la vez que preguntando por el de él.
—Oh, disculpa mis modales, se me olvidó presentarme. Soy Takanashi Tatsuya, es un honor conocerte, Jao... kun— Reverenció en señal de disculpa. Le era imposible no aplicar algún sufijo a un nombre, sin importarle si era alguien a quién acababa de conocer.
Le molestaba que le mirara tan fijamente, pero no iba a remarcarlo. Le daba un poco de curiosidad el saber algo más sobre Jao, ya que su comportamiento no se le hacía muy normal. pero también consideraba que era una falta de respeto querer indagar en la vida personal de un desconocido. Decidió seguir a lo suyo cuando el chico estornudó, estaba a punto de decir "salud" cuando un tercer personaje entró a escena. Se trataba de otro muchacho, de apariencia albina y con una cicatriz en la cara, además de la bandana con el símbolo de la aldea atada al cuello.
—Que coincidencia, justamente nosotros buscábamos un libro de historia... Este, parece que no nos hemos presentado, soy Takanashi Tatsuya, ¿con que nombre he de llamarte?— Saludó con una leve reverencia y luego esperaría a que el peliblanco se presentara antes de seguir hablando. —Disculpen si soy muy atrevido al preguntar esto, pero no he podido obviar el hecho de que aunque ustedes dos sean shinobis, están en búsqueda sobre la historia de Kawa no Kuni. Una vez más, disculpen si sueno pedante, en serio no es mi intención. Pero si desean saber más sobre Takigakure y sus origines, tal vez yo pueda contarles directamente y resolver sus dudas. No les inquiriré sobre el motivo por el cual desconocen, pero creo que hay cosas que es mejor escucharlas de alguien que ha crecido en esta tierra, y esta es una de esas.— Finalizó con una sonrisa —¿Qué me dicen?— Les ofreció mientras extendía las manos.
Se acordó del caso de Anzu, siendo que ella era extranjera aún así era shinobi de Takigakure también, por lo que el espadachín considero que podría estar ante un caso similar. Aunque en verdad él quería narrárselos como si fuera una obligación. Tatsuya creía que la historia de Takigakure era algo que no podía desligarse de su obligación como ninja. Ya que para alguien tan patriótico como él, la historia de Takigakure era la esencia misma de sus ninjas.