19/12/2016, 17:41
Escuchar propuestas indecentes y ser víctima de alguna que otra acción cuestionable era algo de todos los días para la rubia, pero muy pocas veces le pedían con tanta seriedad algo como el servicio de una meretriz, fue casi como si la seriedad de la propuesta pudiera llegar a justificarlo todo pero no con Noemi, no era una de “esas” que por un puñado de monedas termina por entregarse, simplemente no lo concebía e incluso si se lo plantease, dinero no le faltaba así que de una u otra forma la idea de aceptarle queda automáticamente descartada.
Obviamente para la kunoichi era más que frustrante que la considerasen tal cosa, pero visto desde otro punto de vista, su belleza había logrado llamar la atención de un shinobi de otra aldea aunque esto no le justificaba para nada. En otras palabras, Noemi se sentía halagada pero insultada al mismo tiempo así que lo mejor sería irse lo antes posible de la ciudad porque solamente se estaba llevando disgustos.
Así fue cómo se las arregló para llegar a la posada en la que se alojaba, lugar donde no había tenido percances mayores por suerte.
Allí dentro simplemente intercambió un par de palabras con el posadero y ya de ahí simplemente subió a su habitación para sentarse al borde de la cama y comenzar a peinar su cabello con el cepillo que nunca faltaba en el interior de su portaobjetos. ~¿Qué mierda pasa con este lugar…? ~Se preguntaba con el entrecejo ligeramente fruncido y la mirada clavada en la ventana que permanecía abierta, tenía buena vista de la calle pero nada interesante pasaba allí fuera y con un poco de suerte, al finalizar el día todo seguiría igual. ~Supongo que por la tarde volveré a Taki.
Obviamente para la kunoichi era más que frustrante que la considerasen tal cosa, pero visto desde otro punto de vista, su belleza había logrado llamar la atención de un shinobi de otra aldea aunque esto no le justificaba para nada. En otras palabras, Noemi se sentía halagada pero insultada al mismo tiempo así que lo mejor sería irse lo antes posible de la ciudad porque solamente se estaba llevando disgustos.
Así fue cómo se las arregló para llegar a la posada en la que se alojaba, lugar donde no había tenido percances mayores por suerte.
Allí dentro simplemente intercambió un par de palabras con el posadero y ya de ahí simplemente subió a su habitación para sentarse al borde de la cama y comenzar a peinar su cabello con el cepillo que nunca faltaba en el interior de su portaobjetos. ~¿Qué mierda pasa con este lugar…? ~Se preguntaba con el entrecejo ligeramente fruncido y la mirada clavada en la ventana que permanecía abierta, tenía buena vista de la calle pero nada interesante pasaba allí fuera y con un poco de suerte, al finalizar el día todo seguiría igual. ~Supongo que por la tarde volveré a Taki.