21/12/2016, 10:53
Aquellos ojos verdes parecían cuchillos, dispuestos a hacer llegar sus palabras hasta la cabeza más hueca, o en este caso la de Nioi.
+Tal vez tenga razón, yo nunca he tenido que matar a alguien y al menos por el momento no me gustaría verme en esa situación+
-Entonces debería darte las gracias una vez más – afirmo Nioi con gesto serio – Yo nunca tuve que quitarle la vida a nadie, creo que es algo difícil de sobrellevar incluso cuando te han enseñado a hacerlo.-
El chico reflexionaba sobre todo lo que la rubia le había dicho, y se daba cuenta de que si ella no hubiera interferido, todo eso le habría superado. No por las heridas, siempre se curó rápido, pero quizás Akuma podría salir herido, o quizás hubiera tenido que verse en la disyuntiva de matar a alguien para salvar a su compañero.
El poblado se divisaba cada vez más claro, a cada paso los edificios parecían estar acercándose un poco más.
-Me dirijo a la estación, tengo que volver a Amegakure a entregar los documentos personales- dijo señalándose el pecho con el dedo, el papel sonaba con cada golpecito.
-Noemí-san – Nioi se detuvo y miró a la kunoichi. Akuma se asomó desde el abrigo del chico, sacando la cabeza por el cuello del mismo.
-Sé que no hemos empezado con buen pie, por este cabezota peludo – mientras apretaba su dedo en la cabeza de Akuma, este cerraba los ojos como quién acostumbra a recibir esa reprimenda - y porque por mi inexperiencia y bravuconería podía habernos costado algo más que algunos moretones… pero quiero que sepas que hoy he aprendido bastante, y que estoy en deuda contigo. Si alguna vez necesitas la ayuda de algún rastreador, o simplemente necesitas ayuda, solo tienes que pedirlo.-
Dispuesto a reanudar la marcha, le avergonzaba un poco la respuesta que la de Taki pudiera darle, y conociéndola tan poco como la conocía sabe que ¡tiene carácter suficiente para mandarlo a freir udon!
+Tal vez tenga razón, yo nunca he tenido que matar a alguien y al menos por el momento no me gustaría verme en esa situación+
-Entonces debería darte las gracias una vez más – afirmo Nioi con gesto serio – Yo nunca tuve que quitarle la vida a nadie, creo que es algo difícil de sobrellevar incluso cuando te han enseñado a hacerlo.-
El chico reflexionaba sobre todo lo que la rubia le había dicho, y se daba cuenta de que si ella no hubiera interferido, todo eso le habría superado. No por las heridas, siempre se curó rápido, pero quizás Akuma podría salir herido, o quizás hubiera tenido que verse en la disyuntiva de matar a alguien para salvar a su compañero.
El poblado se divisaba cada vez más claro, a cada paso los edificios parecían estar acercándose un poco más.
-Me dirijo a la estación, tengo que volver a Amegakure a entregar los documentos personales- dijo señalándose el pecho con el dedo, el papel sonaba con cada golpecito.
-Noemí-san – Nioi se detuvo y miró a la kunoichi. Akuma se asomó desde el abrigo del chico, sacando la cabeza por el cuello del mismo.
-Sé que no hemos empezado con buen pie, por este cabezota peludo – mientras apretaba su dedo en la cabeza de Akuma, este cerraba los ojos como quién acostumbra a recibir esa reprimenda - y porque por mi inexperiencia y bravuconería podía habernos costado algo más que algunos moretones… pero quiero que sepas que hoy he aprendido bastante, y que estoy en deuda contigo. Si alguna vez necesitas la ayuda de algún rastreador, o simplemente necesitas ayuda, solo tienes que pedirlo.-
Dispuesto a reanudar la marcha, le avergonzaba un poco la respuesta que la de Taki pudiera darle, y conociéndola tan poco como la conocía sabe que ¡tiene carácter suficiente para mandarlo a freir udon!