23/12/2016, 20:48
El gigante de roca se torció realmente hábil, no parecía en absoluto que un desdichado matón del tres al cuarto con unos harapos que casi ni cubrían su varonilidades pudiese ser así de diestro en combate; pero bien siempre se ha dicho, no te dejes influenciar por las apariencias, porque éstas engañan. Bajo toda esa capa de grasa, carácter de cerdo, toneladas de sudor y ese olor corporal capaz de alzar a los muertos, había un duro entrenamiento. Ese hombre había de haber pasado varias decenas de años elaborando esa fuerza, así como entrenando esas técnicas. Lamentable era el hecho de que ahora no era mas que un deshecho de la sociedad, el cuál alardeaba justo de esa deshonrosa condición. Ironías de la vida...
Tras el golpe asestado a la kunoichi, dejó claro que su superioridad no era meramente muscular, además de músculos sabía moverse a una velocidad asombrosa. Por un momento, dejó de lado a la chica, y se centró en su objetivo inicial, el domador de bestias. Se abalanzó sobre éste como un león sobre una indefensa gacela, lo tomó del cuello, y lo levantó al menos una cuarta del nivel del suelo como quien levanta una cajita de lapices.
Entre quejidos de dolor y forzada respiración, el chico trataba de zafarse sin éxito de la presa, ante los criminales ojos de su agresor. Pataleaba sin éxito, y casi parecía destinado a sucumbir ante la superioridad del gigante de roca. Sin embargo, la chica no permitía que eso sucediese con tanta facilidad... ese asqueroso acababa de golpearle sin tapujos, y en plena cara, no había perdón para ese cabronazo. Su ira era mas que visualizable, el fuego que la rodeaba ardía como un leño en mitad del tercer infierno. No era poco, no. Los latigazos de llamas golpeaba violentamente el contorno de ésta, mientras que su cabellera parecía el epicentro de una tormenta de fuego; un pilar flamígero inquebrantable.
De pronto, la chica se deslizó rápidamente dirección al gorila y su presa. Sabía que sus posibilidades en el cuerpo a cuerpo eran casi nulas, pero tenía otras cosas en mente. Su único inconveniente era el hecho de ese rehén... tampoco quería herir a un inocente sin venir a cuento, por mas que quisiera devolverle el golpe recibido.
—Esto es ahora entre tú y YO!! —Inquirió al grandullón conforme recortó las distancias. En los límites de su carrera, cargó toda su ira en el puño, haciendo éste claramente algo mas visible, y lo lanzó sin reparos hacia la parte superior derecha de su rostro, justo en plena sien. Sin duda, su objetivo no era otro que reiterar con su golpe, pese a su falta de fuerza. Ante todo, un shinobi debía tener más que claro donde se debe golpear, antes aún de tener la fuerza suficiente como para matar a su enemigo. Sin preámbulos, no esperaría a que éste se pudiese reír de su fuerza, aprovechó el poco flanco que había tomado para asestar de buenas una patada lateral girando levemente su base de apoyo, usando para golpear su zurda; justo la contraria que había golpeado con mano en el rostro. Deliberadamente decidida, se apoyaría en su patada de izquierda para tomar el impulso necesario y rotar en la dirección contraria, dando una segunda patada con la pierna que anteriormente le había servido de apoyo, la diestra. Un combo de tres golpes, que buscaban llamar descaradamente la atención del gigante. Tras ello, obviamente no demasiado carente de sentido común, intentaría retornar sobre sus pasos levemente, intentando mantener un poco de distancia, la justa y necesaria.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
Tras el golpe asestado a la kunoichi, dejó claro que su superioridad no era meramente muscular, además de músculos sabía moverse a una velocidad asombrosa. Por un momento, dejó de lado a la chica, y se centró en su objetivo inicial, el domador de bestias. Se abalanzó sobre éste como un león sobre una indefensa gacela, lo tomó del cuello, y lo levantó al menos una cuarta del nivel del suelo como quien levanta una cajita de lapices.
Entre quejidos de dolor y forzada respiración, el chico trataba de zafarse sin éxito de la presa, ante los criminales ojos de su agresor. Pataleaba sin éxito, y casi parecía destinado a sucumbir ante la superioridad del gigante de roca. Sin embargo, la chica no permitía que eso sucediese con tanta facilidad... ese asqueroso acababa de golpearle sin tapujos, y en plena cara, no había perdón para ese cabronazo. Su ira era mas que visualizable, el fuego que la rodeaba ardía como un leño en mitad del tercer infierno. No era poco, no. Los latigazos de llamas golpeaba violentamente el contorno de ésta, mientras que su cabellera parecía el epicentro de una tormenta de fuego; un pilar flamígero inquebrantable.
De pronto, la chica se deslizó rápidamente dirección al gorila y su presa. Sabía que sus posibilidades en el cuerpo a cuerpo eran casi nulas, pero tenía otras cosas en mente. Su único inconveniente era el hecho de ese rehén... tampoco quería herir a un inocente sin venir a cuento, por mas que quisiera devolverle el golpe recibido.
—Esto es ahora entre tú y YO!! —Inquirió al grandullón conforme recortó las distancias. En los límites de su carrera, cargó toda su ira en el puño, haciendo éste claramente algo mas visible, y lo lanzó sin reparos hacia la parte superior derecha de su rostro, justo en plena sien. Sin duda, su objetivo no era otro que reiterar con su golpe, pese a su falta de fuerza. Ante todo, un shinobi debía tener más que claro donde se debe golpear, antes aún de tener la fuerza suficiente como para matar a su enemigo. Sin preámbulos, no esperaría a que éste se pudiese reír de su fuerza, aprovechó el poco flanco que había tomado para asestar de buenas una patada lateral girando levemente su base de apoyo, usando para golpear su zurda; justo la contraria que había golpeado con mano en el rostro. Deliberadamente decidida, se apoyaría en su patada de izquierda para tomar el impulso necesario y rotar en la dirección contraria, dando una segunda patada con la pierna que anteriormente le había servido de apoyo, la diestra. Un combo de tres golpes, que buscaban llamar descaradamente la atención del gigante. Tras ello, obviamente no demasiado carente de sentido común, intentaría retornar sobre sus pasos levemente, intentando mantener un poco de distancia, la justa y necesaria.
Estado de Katomi
Vida
90/130
--
–Chakra
110/170
+5
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (4/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
- Makibono (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *