28/12/2016, 02:26
—Es lo mejor que has dicho desde que te conocí esta mañana. —El comentario no tenía por objetivo ser grosero o sarcástico, pero no pudo evitar ser sincero ante lo bueno de la idea.
El joven de ojos grises ayudó a levantarse al sujeto que estaba amarrado. Al principio estaba tranquilo, pero mientras notaba como el Ishimura le daba vueltas y le miraba, comenzaba a ponerse nervioso y a temblar. El moreno le tomó la cabeza entre sus manos y la examinó con cierta rudeza, para luego soltarla y comenzar a palpar el abdomen de aquel pillo.
—Lamento esto —dijo con voz serena—. Bueno, solo lamento ser yo quien lo haga, porque lo cierto es que te lo mereces por causar tantos problemas.
El criminal comenzó retorcerse, como imaginando lo que vendría a continuación. Kazuma lo empujo hacia su compañera de manera que esta lo sostuviera un instante. Acto seguido, tomó impulso y se arrojó contra el apresado; le tomó de los hombros y con una fuerza exagerada encajó la rodilla justo en la boca del estómago de su objetivo, que se retorció un poco junto con un grito ahogado y luego cayó completamente inconsciente.
—Está hecho —aseguro, mientras comenzaba a quitar las amarras—. Ahora lo podremos cargar con facilidad.
Se levantó e inmediatamente realizó una técnica de transformación: Ahora ya no era un chiquillo, sino el típico viejo de aspecto perverso que adoraba los sitios como aquel.
—Ahora te toca a ti —Miro a Ritsuko esperando que se transformara—. Lo mejor es fingir que somos unos viejos verdes que hemos venido por algo de diversión, y que ahora estamos sacando a nuestro amigo ebrio.
»En cuanto estés lista, pelirroja —le dijo a Ritsuko, con voz grave, mientras apoyaba al desmayado en su hombro, esperando que la muchacha se uniera a él y comenzara a caminar.
El joven de ojos grises ayudó a levantarse al sujeto que estaba amarrado. Al principio estaba tranquilo, pero mientras notaba como el Ishimura le daba vueltas y le miraba, comenzaba a ponerse nervioso y a temblar. El moreno le tomó la cabeza entre sus manos y la examinó con cierta rudeza, para luego soltarla y comenzar a palpar el abdomen de aquel pillo.
—Lamento esto —dijo con voz serena—. Bueno, solo lamento ser yo quien lo haga, porque lo cierto es que te lo mereces por causar tantos problemas.
El criminal comenzó retorcerse, como imaginando lo que vendría a continuación. Kazuma lo empujo hacia su compañera de manera que esta lo sostuviera un instante. Acto seguido, tomó impulso y se arrojó contra el apresado; le tomó de los hombros y con una fuerza exagerada encajó la rodilla justo en la boca del estómago de su objetivo, que se retorció un poco junto con un grito ahogado y luego cayó completamente inconsciente.
—Está hecho —aseguro, mientras comenzaba a quitar las amarras—. Ahora lo podremos cargar con facilidad.
Se levantó e inmediatamente realizó una técnica de transformación: Ahora ya no era un chiquillo, sino el típico viejo de aspecto perverso que adoraba los sitios como aquel.
—Ahora te toca a ti —Miro a Ritsuko esperando que se transformara—. Lo mejor es fingir que somos unos viejos verdes que hemos venido por algo de diversión, y que ahora estamos sacando a nuestro amigo ebrio.
»En cuanto estés lista, pelirroja —le dijo a Ritsuko, con voz grave, mientras apoyaba al desmayado en su hombro, esperando que la muchacha se uniera a él y comenzara a caminar.