28/12/2016, 19:22
Un comentario de todo menos agradable para la pelirroja que solo le dedicó una mirada de iracunda acompañada de un ligero gruñido. ~Como si tú fueses un genio. ~Pero no lo diría porque seguramente terminarían en más líos porque el otro tampoco se callaría la boca, y sí, en tan poco tiempo ya más o menos le había entendido la forma de pensar y actuar por lo que debería de saber aproximadamente como tratarlo para no tener que aguantarle demasiado tiempo.
Ahora la cuestión, ¿por qué carajos el moreno decidió tomar carrera y darle un rodillazo de todo menos sigiloso?
—Pero que se supone que no nos vean ni nada. —Decía nerviosa la kunoichi al ver el jaleo que estaba provocando su compañero.
Es más, cuando echó a correr los pasos retumbaron a causa de la madera y más de un tablón rechinó de lo más bonito pero las cosas no se quedaron ahí, luego de que el de Uzushio le tirara al inconsciente hombre encima tuvo la muy brillante idea de transformarse allí mismo, a vistas de todos como un buen idiota que no le importa que vean la nube de humo que usualmente se produce al realizar esa técnica.
—Eres imbécil pero con ganas. —Soltaría la kunoichi resignada ya porque los pasos apresurados de los guardias se escuchaban sumamente cerca.
—¡Quietos ahí! —Exclamó uno de los guardias más cercanos que ya se encontraba en las escaleras. Y este no iba solo, tenía un compañero al que probablemente se sumarían más y más si no hacían algo pero ya Ritsuko estaba completamente resignada, ¿qué caso tenía escapar ya?
—Imbécil... —Susurraría en voz bastante baja refiriéndose claramente al albino.
Ahora la cuestión, ¿por qué carajos el moreno decidió tomar carrera y darle un rodillazo de todo menos sigiloso?
—Pero que se supone que no nos vean ni nada. —Decía nerviosa la kunoichi al ver el jaleo que estaba provocando su compañero.
Es más, cuando echó a correr los pasos retumbaron a causa de la madera y más de un tablón rechinó de lo más bonito pero las cosas no se quedaron ahí, luego de que el de Uzushio le tirara al inconsciente hombre encima tuvo la muy brillante idea de transformarse allí mismo, a vistas de todos como un buen idiota que no le importa que vean la nube de humo que usualmente se produce al realizar esa técnica.
—Eres imbécil pero con ganas. —Soltaría la kunoichi resignada ya porque los pasos apresurados de los guardias se escuchaban sumamente cerca.
—¡Quietos ahí! —Exclamó uno de los guardias más cercanos que ya se encontraba en las escaleras. Y este no iba solo, tenía un compañero al que probablemente se sumarían más y más si no hacían algo pero ya Ritsuko estaba completamente resignada, ¿qué caso tenía escapar ya?
—Imbécil... —Susurraría en voz bastante baja refiriéndose claramente al albino.