30/12/2016, 06:05
Sin importar si ella había aparecido ante la Kazama con buenas o malas intenciones, esta la estaba rechazando terriblemente y prácticamente le dejaba en claro que la quería lejos lo antes posible, o por lo menos eso era lo que Noemi interpretaba por lo seca que resultaba al momento de responder sin mencionar que parecía estarla acusando y realmente no tenía la culpa de nada, o por lo menos no completamente.
—Siendo sincera, los únicos que no acepté fueron los de las maldiciones, es ridículo pensar en algo así. —Respondería con absoluta sinceridad en lo que se cruzaba de brazos. —Aunque tú tampoco hacías buenos méritos paseándote con esa máscara y la cara pintada. —Agregó sin ningún temor a la respuesta de la contraria.
A estas alturas la rubia ya comenzaba a hacerse la idea de que era un caso perdido intentar siquiera interactuar con la pelirroja, después de todo estaba demasiado cerrada como para siquiera dar una segunda oportunidad a alguien. ~No me extraña que se la pase sola. ~Pensaba aunque en cierto modo ella también se la pasaba sola.
—A todo esto, ¿qué pasó con tu casa? Sí se puede saber, claro. —Consultaría desviando la mirada a la vivienda de la contraria que no parecía en muy buen estado, aunque desde su posición no llegaba a vislumbrar nada salvo por la puerta destrozada.
—Siendo sincera, los únicos que no acepté fueron los de las maldiciones, es ridículo pensar en algo así. —Respondería con absoluta sinceridad en lo que se cruzaba de brazos. —Aunque tú tampoco hacías buenos méritos paseándote con esa máscara y la cara pintada. —Agregó sin ningún temor a la respuesta de la contraria.
A estas alturas la rubia ya comenzaba a hacerse la idea de que era un caso perdido intentar siquiera interactuar con la pelirroja, después de todo estaba demasiado cerrada como para siquiera dar una segunda oportunidad a alguien. ~No me extraña que se la pase sola. ~Pensaba aunque en cierto modo ella también se la pasaba sola.
—A todo esto, ¿qué pasó con tu casa? Sí se puede saber, claro. —Consultaría desviando la mirada a la vivienda de la contraria que no parecía en muy buen estado, aunque desde su posición no llegaba a vislumbrar nada salvo por la puerta destrozada.